Fue como hacer un viaje. Uno corto, relámpago, (deseado por algunos, inesperado por otros), pero que deja momentos que el tiempo tendrá que trabajar mucho para poder borrar. El paso de la primer moto, del Hummer, de un camión. Ese sólo hecho ya lo transformó todo. Ya nada será igual. Se lo seguirá mirando al Dakar "volar" por otros lugares en la televisión, pero ahora se activará el recuerdo de cuando se lo vio en vivo y en directo. O al menos las imágenes en la pantalla chica de su paso con la geografía sanjuanina de fondo. Fue algo parecido a la primera vez que uno se para frente al mar.

El Dakar provocó un sacudón en varias partes de la provincia. La gente se revolucionó. Porque entre las 150.000 personas del miércoles y las 110.000 de ayer, según datos de Gendarmería Nacional, no es difícil deducir que la gran mayoría no es "un fiel" al automovilismo. Era un suceso que no se querían perder. Ayer fue el más veloz el malhumorado Carlos Sainz, el mismo que se ganó más de una mueca torcida de la gente el miércoles cuando dijo que no le gustó la etapa de ese día, cuando vio peligrar su liderazgo entre los autos. El español, sin querer, se convirtió en "el malo" de esta película para los sanjuaninos. Nada que ver con Marcos Patronelli, quien está en la puerta de ser el primer argentino en ganar en una categoría, al liderar cómodamente entre los cuatriciclos. El firmó cada autógrafo y se dejó sacar todas las fotos con cara de buen amigo. No ganó ayer, pero terminó tercero y con eso le basta para seguir siendo cómodo líder. Algo similar al francés Despres en motos y al ruso Chagin en camiones.

Pero la gente quería simplemente ver pasar a esas máquinas. Por eso es que hubo una infinidad en los primeros 204 kilómetros, cuando los competidores aceleraban en esos terrenos secos repletos de piedras. Y otra infinidad en los siguientes 130 kilómetros de enlace, donde simplemente transitaron en caminos de asfalto respetando las velocidades máximas, como si fueran un simple vehículo más.

Ya se publicarán los datos del impacto económico o de cuantas horas se televisó San Juan para el mundo. También si el Dakar regresará el año que viene o se irá a buscar la aventura a otros territorios. Pero ya ocurrió eso de "la primera vez". Se recuperarán las pieles ardidas, se dejarán de ver las fotos, se estropearán las remeras y se agotarán las anécdotas. Pero cada vez que se escuche la palabra "Dakar", el recuerdo de este viaje de dos días sin necesidad de haberse movido mucho volverá a traer aunque sea una fracción de segundo alguna de las emociones de estos dos días.