Pese a que el técnico, Daniel Garnero, debió hacer cuatro cambios para enfrentar a Lanús, en un equipo que ya salía de memoria, que tuvo un cierre de 2011 ideal y que por eso el entrenador destacó antes de iniciarse este Clausura que “no tengo que cambiar nada”, la obligación le llegó y le salió bien ya que todos rindieron aceptablemente, incluso con intervenciones claves. Sin olvidarse que fueron varias para una estructura que perdió hombres en el fondo y en el medio.

Puestos vitales para la propuesta de San Martín como son la rápida salida por los laterales y la recuperación en el medio. Sin Emmanuel Mas por suspensión, y Marcos Galarza, Pablo Cantero y Maximiliano Bustos por lesión debió recurrir a Raúl Saavedra, Diego Sosa, Facundo Affranchino y Martín Wagner respectivamente que se acoplaron rápidamente al juego.

No obstante la columna vertebral tuvo su centro en Pocrnjic para controlar en las pocas opciones que tuvo Lanús pero que llevaron peligro, en la férrea marca de Lucas Landa para anular a Mariano Pavone, continuando por el despliegue para darle juego al equipo de Mauro Bogado y Federico Poggi, sacando provecho del gran momento de Gastón Caprari.

Pero no estuvieron solos, la nueva dupla de volantes centrales se comieron la cancha para recuperar en el caso de Wagner y darle juego sorpresa por la vía que tuvo el ex River Affranchino quien ayer debutó como titular.

Además la noche lluviosa sirvió para que Sebastián Penco se reencontrara con el gol y Caprari demostrara que está derecho para el arco y siempre está en el lugar justo y en el momento indicado para ponerle el moño a lo que generan sus compañeros y convertirse en el máximo artillero del Torneo Clausura.

Incluso con este triunfo San Martín llegó a 32 puntos entre los dos campeonatos y sigue engrosando su promedio. Ahora llegó a 1,45 y tiene el 8vo mejor porcentaje.

Cambiaron los nombres y no se resintió su estructura, eso es lo realmente valorable.