Ya le había adelantado a DIARIO DE CUYO en la semana que volver a pisar el campo de juego de Concepción le traería gratos recuerdos. Rubén Darío Forestello regresó a San Martín, esta vez dirigiendo a Talleres, pero su pasado como entrenador del Verdinegro motivó para que el propio entrenador se emocionara apenas ingresó al estadio.

No hubo lágrimas, pero sí mucha emoción que la reflejó en su rostro con los aplausos que le propinaron los simpatizantes de San Martín a lo que él devolvió con la mano en alto como gesto de gratitud. El “Yagui” también adelantó en la semana que si perdía ante el rival de anoche daría un paso al costado. Aunque a la salida del vestuario tras el 0-2, Forestello aclaró que pensará mejor la determinación: “Siempre es un dolor enorme perder y más en la situación en la que está el club, pero no es momento para hablar”, expresó el DT que subrayó que recién hoy, ya en Córdoba, analizará su situación con dirigencia albiazul.

Lo cierto es que el encuentro de ayer estuvo marcado por la emotividad. Después de los aplausos generalizados de la platea Oeste del Hilario Sánchez, el Yagui se dirigió al banco de suplentes y hasta ese lugar llegó Mauro Bogado. El volante verdinegro se fundió en un abrazo con su ex entrenador al igual que lo hizo Francisco Mattia y Hugo Iriarte, quien lo tuvo como entrenador en Atlético Rafaela. Claro que algunos pocos plateístas no lo recibieron de la mejor manera. Algunos insultos bajaron para el técnico, que ya con el partido en juego, se quedó de pie a la orilla del campo y con los brazos cruzados se limitó a dar indicaciones. Así vivió lo que sería su último encuentro en la ‘T’. En el segundo tiempo, ahí sí Forestello vivió con más intensidad lo que pasaba dentro del campo de juego. Se agarró la cabeza con el cabezazo de Klusener que pasó cerca del arco de Pocrnjic. En el final, ya con la derrota consumada, el Yagui saludó a cada uno de sus dirigidos en su retiro de la cancha. La misma cancha que, según sus palabras, lo marcó como entrenador y que ayer lo tuvo en la vereda opuesta.