La vida del Dakar es una convivencia de equipos líderes que van en busca del título de campeón y algunas historias de intrépidos que se lanzan a la aventura con el objetivo de completar la prueba.
Entre estos últimos, en la versión 2017, que comenzó en Asunción y terminará el sábado próximo en Buenos Aires, se destaca un Rastrojero. Ese modesto modelo de vehículo de trabajo, propio del campo, que tuvo su época de esplendor en la Argentina, donde se lo fabricó, hace algunas décadas.
Al Rastrojero amarillo que corre por las montañas argentinas y bolivianas con el número 345 lo conduce el excéntrico comerciante cordobés José Antonio Blangino.
El emblemático Rastrojero, símbolo de lo que supo ser la industria nacional entre los años 1952 y 1979, llegó a este Dakar como consecuencia de la idea de un grupo de amigos que ayudaron a este piloto nacido en Monte Cristo hace 46 años a que cumpliera su sexta prueba de aventura desde 2011.
“Queríamos hacer algo bien argentino y que fuera cordobés, si bien tiene un 40% del Rastrojero real: los papeles, la carrocería y la forma”, enfatizó Blangino.
El coche de los Blangino se mueve gracias a un motor Chevrolet V8. La versión original del Rastrojero Diesel, diseñada por los ingenieros argentinos Raúl Gómez y Félix Sanguinetti, fue fabricada por IAME en Córdoba entre 1952 y 1969.
La producción fue de casi 30 mil vehículos, y no superaban los 105 km/h de velocidad máxima, con su motor diesel Borgward de 42 caballos de fuerza.