El espectacular recibimiento que los hinchas de Boca le dieron a sus jugadores con miles y miles de papelitos terminó siendo un dolor de cabeza. Y es que el árbitro no pudo comenzar el juego hasta que lograron limpiar (en parte) el campo de juego. Fueron aproximadamente 18 minutos de retraso hasta que personal de mantenimiento del estadio, mediante sopladoras, logró despejar la cancha.
Al grito de "esta campaña volveremos a estar contigo", los prácticamente 50.000 asistentes alentaron el ingreso del equipo con globos y papelitos. Pero lo folclórico pasó a ser una complicación y fastidio porque los papeles arrojados a la cancha no permitieron el inicio del partido. El problema es que no sólo era la cantidad, que hubiese impedido el normal desplazamiento de los jugadores, sino que además tantos papeles blancos no hubiesen permitido ver la pelota y las líneas del campo de juego.
Si bien el árbitro amagó con empezar el partido, un supervisor y también desde el VAR le advirtieron que así no se podía jugar.
Por otro lado, en la previa sucedió algo curioso y es que supuestamente echaron a un "brujo" del vestuario de River. No quedó claro qué pasó y ambos clubes se culparon mutuamente. Todo fue luego de que Boca "denunció" magia negra en el partido de ida, jugado en el Monumental.