El partido más importante de rugby que se disputó en la provincia tuvo un marco imponente con 25.754 espectadores alentando a Los Pumas y alejándose del estadio con la amargura lógica por la caída. Semejante apoyo contrastó con lo caótico que resultaron los accesos al Bicentenario donde el público tuvo que atravesar por medio de escombros, hierros y otros elementos de alto riesgo, con el agravante que ese riesgo tuvo como protagonistas a cientos de niños.
La gente copó el estadio pocitano y respondió a las expectativas previas con la venta de todos los tickets que se les entregaron a los clubes de la provincia. Esto tuvo su derivación en las obras que se realizarán en varias instituciones y que incluso sirvieron para darle todas las comodidades a Los Pumas en el San Juan RC y a Inglaterra, en la Universidad. En la cancha, el aliento fue constante aunque tras el resultado final adverso el silencio se apoderó del Bicentenario.
Lo negativo de la jornada pasó por la llegada y desconcentración de la multitud. Es que los accesos resultaron complejos, debido a la megaobra vial que se está realizando en los alrededores del estadio buscando una mayor fluidez. El tránsito se vio complicadísimo y tanto para llegar como para alejarse, hubo colas interminables ya sea por la Ruta 40 como por calle General Acha y Mendoza. Sin dudas, un problema previsible y a mejorar en eventos de esta magnitud.