El mal momento de Desamparados se refleja claramente en los partidos jugados como local. Pasaron ya muchos días de aquel 29 de octubre del 2011 cuando el Puyutano goleó en el clásico a Independiente Rivadavia. A partir de ese encuentro parece haber sufrido una maldición de nunca acabar. Después de esa victoria, vino el empate 1 a 1 frente a Merlo. Dos semanas después, Sportivo cayó 1 a 0 frente a Huracán, luego sólo quedó la derrota 2 a 0 frente a Atlético que fue el último del año y marcó la salida de Bonetto. En este 2012, empató en uno frente a Chacarita, cayó goleado frente a River por 4 a 1. La bronca de la gente comenzó a estallar cuando cayó por la mínima frente a Gimnasia de la Plata. Luego vino la dolorosa derrota por 4 a 1 frente a Instituto. Ya en cancha de Trinidad, empató 1 a 1 frente al Brown de Tempesta y dos semanas después de vuelta en el Bicentenario, empató 1 a 1 frente a Almirante. Así, con la derrota de ayer frente a Quilmes, Sportivo tocó fondo y llegó a los diez encuentros sin sumar de a tres.
Un mal que parece no tener fin

