No faltó nada. Ni las risas, los cuartetos, cargadas por algún punto, el reconocimiento formal y las lágrimas. Por todo eso fue surfeando, como le gusta decir al protagonista, Gustavo Molina en el partido de despedida que se realizó ayer en el Cantoni, el escenario que lo vio tantas veces campeón con la casaca de UPCN.

El central que dejó el vóleibol luego del hexacampeonato del equipo, al aceptar la propuesta de sumarse al cuerpo técnico, apareció ayer en la cancha con la famosa bandera argentina con la inscripción ‘Chimbas’. Ya esperaban en la cancha los jugadores de UPCN y el seleccionado ‘Amigos de Molina’, con compañeros del voleibolista en distintas etapas, Entre los jugadores profesionales, se encontraban Junior, Alejandro Toro, Federico Pereyra, Nicolás Sánchez, Facundo Hehn, entre otros.

El partido era una excusa para pasar un buen momento, como si el Cantoni fuera simplemente el salón de una fiesta familiar. empezaron a mezclarse jugadores de uno y otro lado y se animaron a entrar otros, como el estadígrafo Beto Varela.

Luego llegaron los reconocimientos. Fabián Armoa dijo que pensaron en retirar la camiseta número 5, pero no se puede en el vóleibol. Una carta que escribió la madre de Gustavo y la leyó su hermano Gabriel, el organizador de la fiesta, fue el momento en el que Molina vivió un llanto sostenido. Al final, fotos y más fotos. El intento de capturar un instante pleno de felicidad.