“El infierno está encantador…”. Así reza una de las canciones más conocidas de los Redonditos de Ricota y ese infierno se vivió ayer en la llegada de la 10ma etapa del Rally Dakar a San Juan.
Es que la séptima vez que la competencia más peligrosa del mundo llega a la provincia, la de ayer resultó agobiante para todo el mundo por el intenso calor que llegó a marcar 39,9 grados según el Servicio Meteorológico Nacional y 52º de los termómetros apostados a pleno sol.
Quizás ese punto puede tomarse para medir la convocatoria, que raramente, ayer fue mucho menor que el año anterior. Según cálculos de la Policía de San Juan, 5.500 personas vivieron el Dakar en los tres puntos de convocatoria.
Lo cierto es que los fanáticos le pusieron el mayor colorido a “El Salado” que -lejos- fue el punto que convocó mayor cantidad de público según las cifras oficiales y quizás mucho tuvo que ver la cercanía con la capital sanjuanina.
Fueron 5 mil a ese paraje albardonero, 200 a Huaco y 300 personas a Mogna. Con carpas, sombrillas, mucho protector solar y todo lo necesario para soportar el calor, los sanjuaninos le dieron la mejor bienvenida a la competencia.
La pasión sólo puede reflejarse de esa manera. Sino no hay forma de encontrarle explicación al “aguante” que pusieron los sanjuaninos haciéndole frente al Sol, que parecía quemar en solo un minuto y al aire sofocante que llegó al mediodía.
Basta con remarcar los 52º de temperatura que marcaba el termómetro de la movilidad de este medio a las 15,10 que estaba bastante lejos de los 39,9 que marcaba el SMN apostado en Las Chacritas.
Muchos llegaron desde la madrugada para conseguir una buena ubicación, la mayoría en automóviles pero hubo quienes hicieron la huella de 7 kilómetros desde la Ruta hasta la Finca El Salado, a pie o en bicicleta.
Y ya con el mediodía en puerta cuando todo el mundo se ilusionaba con el paso de la primer moto que estaba pautado para las 12,35, llegó la mala noticia mediante los medios radiales que transmitían la competencia: el retraso en la neutralización.
Por eso, hubo quienes se metieron nuevamente en sus carpas y gazebos y trataron de apaciguar la espera con bebidas frías o apurando el asado.
Recién a las 14.17 hizo arribo la primera moto y con eso, la pasión reflotó y quedó reflejada en cada aplauso que le brindaron a cada uno de los competidores que pasaban por el lugar.
5.500 personas vieron ayer el paso del Dakar, una cifra lejana a los 16 mil del año anterior.
El punto negativo para quienes asistieron fue el poco espacio que brindó la organización para ubicarse a la vera del camino. Es que el lugar resultó muy poco para la cantidad de espectadores, por eso fue inevitable que el público que amontonara para poder ver los vehículos o hubo quienes decidieron escalar al cerro lindante para poder tener una vista quizás más panorámica pero lógicamente no pudieron vivir la adrenalina de cerca.
El calor continuó siendo el gran protagonista de la tarde. Por eso, promediando las 16 muchos decidieron levantar campamento y emprender el retorno y dos horas después, cuando comenzaban a pasar los camiones que siempre resultan el gran atractivo para los fanáticos, sólo estaba presente la mitad de gente que se encontraba al principio. Eran los más fanáticos quienes soportaban el infierno sanjuanino.
De los locales, solo ‘Puchi’ Ontiveros pudo recibir la ovación de los sanjuaninos.
Muchos lo hacían para brindarle el apoyo a los dos sanjuaninos pero en eso, fue el “Puchi” Alberto Ontiveros el único que se llevó la ovación de los locales.
El piloto de la moto Beta #83 pasó por Albardón pasadas las 18,30 y se llevó todos los aplausos y gritos de los fanáticos. En tanto que el otro representante sanjuanino, Gastón Pastén a bordo de la Toyota #371 no corrió con la misma suerte que el “Puchi” y hasta anoche al cierre de esta edición no marcaba su arribo.
Hoy a las 7 de la mañana largará la penúltima etapa que saldrá desde Vallecito y finalizará en Río Cuarto. Será la despedida de San Juan, provincia que albergó casi siempre a la competencia en su paso por Argentina y que lo hizo siempre con el clásico calor sanjuanino, ese que ayer resultó todo un infierno…