Si Daniel Hourcade hizo un gran cambio en Los Pumas desde que asumió como técnico hace dos años, algo igual e incluso superior realizó el coach de Australia, Michael Cheika, quien comanda los Wallabies desde noviembre del año anterior. La primera victoria nacional en el Championship fue ante los oceánicos el 2014 y a la postre desembocó en la renuncia de Ewen McKenzie. Llamaron a Cheika, quien le imprimió al plantel firmeza en la conducción y una vuelta a las bases del rugby siempre competitivo de los “canguros”. Dejó de lado los problemas fuera de la cancha y le cerró la puerta a varias figuras que tenían conflictos de disciplina, en especial con el alcohol. En el juego, apeló a los fundamentos de su país: velocidad, intensidad física y temple en momentos cúlmines. Entendió que el scrum era una de las principales fallas de su combinado y entonces sumó al staff a un argentino: Mario Ledesma. “Le dio otra idea a esta formación. El equipo ahora sabe que puede competir de igual a igual ante cualquier seleccionado, incluido el argentino”, lo ponderó Cheika hace dos días al exhooker en conferencia de prensa.

Australia ganó el “Grupo de la muerte”, donde se quedó afuera el local, Inglaterra. Ya había mandado un mensaje al resto al quedarse con el Championship de este año, relegando a los All Blacks al segundo puesto. Justamente son los australianos, en teoría, la mayor amenaza para el tricampeonato de Dan Carter y compañía. Contra ellos deberán luchar Los Pumas, buscando otra página de gloria.