Transpiró la camiseta hasta el último segundo. Puso corazón, sacrificio y algo más. Aún jugando 9 contra 10 no se cayó, siguió de pie y logró la igualdad. Es más, lo tuvo para ganar, pero se comió una docena de goles. Sí es para no creer lo que perdonó el Azul. El resultado fue injusto, pero igual Unión festejó el empate 1-1 ante Huracán en el partido de ida de la segunda fase.
El inicio fue muy dinámico. En ese contexto Unión sintió en los primeros minutos el atropello de Huracán. De a poco el Azul se sacó esa presión y se hizo patrón del juego. Pero en una desatención de la defensa sanjuanina Juárez facturó, 1-0. Después del gol Unión fue otro, más activo, profundo y Huracán no hizo más que refugiarse. Aunque el Azul desperdició varios goles. Guerra estrelló dos tiros libres en los palos. Luego Quiroga y Brombale no pudieron batir al arquero rival. Sobre el final, Huracán sufría la expulsión de Juárez.
Unión siguió al mismo ritmo en el complemento. Atorando y metiendo. A los 50 segundos Laciar no pudo gritar, porque Alegret la sacó en la línea. Todo era de Unión, pelota y campo. Huracán se resignó a defenderse. Pero al equipo de Cabello se le vino la noche, cuando Castro primero y Farías después, vieron la roja. Ahí el partido cambió, porque ese envión anímico hizo revivir al Globo. De todas maneras Unión siguió de pie, no se rindió. Y a los 35′ González impuso justicia, 1-1. Huracán quedó shoqueado y Unión, ambicioso, buscó más, pero falló mucho y también sufrió sobre la hora para quedarse con un punto de oro.

