Nalbandian sonrió. Jaite festejó. Zabaleta hizo pogo. Chela apoyó, pese a no jugar los puntos decisivos. Mónaco demostró que maduró en la Davis y abrió la serie. Y todo sin Del Potro, ausente con aviso. Así, más o menos, fue el resumen para la serie de Argentina ante Alemania, con el 4-1 final del domingo y el boleto a cuartos de final por undécima ocasión consecutiva. La pregunta es una y siempre la misma: ¿esta vez habrá Ensaladera? ¿Será en la quinta final donde Argentina pueda ser campeón? Como siempre, la respuesta es una sola: el tiempo dirá…
La elección de Jaite como nuevo capitán se basó en sus conocimientos y, a su vez, el reconocimiento que tenían de él sus futuros dirigidos. Por ejemplo Nalbandian, a quien Jaite dirigió un par de años en el circuito profesional. La fórmula que diseñó para la nueva conducción la Asociación Argentina de Tenis (AAT) la completó Zabaleta, compinche y ex compañero de circuito de los jugadores potables para la Davis. Zabaleta es el famoso nexo entre players y técnico, porque las decisiones de quién juega cada punto pasan por Jaite.
En Alemania la primera gran jugada del ex top ten le salió bien. Tomó el riesgo de abrir con Nalbandian y jugársela a que en el dobles se pueda liquidar la historia, sin tener que forzar al cordobés, ya de 30 años, a definir la serie el domingo. +Veremos si me pregunta+, contó David después de poner el 2-0 el viernes sobre sus chances de jugar al otro día. Jaite lo consultó y ante las ganas de jugar de Nalbandian lo mandó a la cancha obteniendo el resultado ideal.
Claro que no siempre todo saldrá tan bien. Lo cierto es que después de la expedición Bamberg, Argentina salió fortalecida y renovada. Se sabe que el fixture parece ser un aliado hasta la final que todos sueñan. Ya con Del Potro en cancha y buscando, por fin, levantar la Ensaladera.
