Rosario Central le empató 1 a 1 a Newell’s Old Boys en un clásico de gran emotividad cuando apenas faltaban diez minutos para el final. Sin embargo el clima de los días previos por la cesión de entradas se hizo notar al final del encuentro cuando las hinchadas cometieron desordenes y se agredieron rompiendo butacas y provocando la intervención de las fuerzas de seguridad que detuvieron a 37 revoltosos.
Apenas habían jugado 21 minutos cuando el enganche rojinegro Mauro Formica recibió llamativamente solo un pase de Bernardi por la derecha y sacó un violento derechazo desde unos 40 metros, que entró a media altura, al lado del poste derecho del arco de Broun.
Formica pateó impensadamente libre de marcas, es cierto, pero tanto como que el arquero "canalla" careció de la mínima reacción para sacar una pelota que entró unos dos metros a su derecha y a media altura.
Empero, el gol no hizo más que premiar módicamente el mejor primer tiempo de Newell`s, que fue prácticamente el único equipo que salió a la cancha, concentrado, ganando cada pelota dividida en el medio y en defensa y jugando con criterio.
Newell`s podría haber aumentado a los 33, cuando Salcedo se lo perdió solo con el arquero.
El complemento fue otra historia porque Central se paró mejor en su campo, administró bien la pelota por abajo y atacó cada vez que pudo, aunque casi no generó peligro y Newell’s estuvo cerca con una contra que no pudo definir Armani.
Central llegó al empate a los 35 minutos con un pelotazo frontal de Ribonetto hacia la derecha del área que el ingresado "Chino" Vizcarra cabeceó hacia el área, donde el "Cachi" Zelaya metió el parietal izquierda para hacer estallar al Gigante.
Así, con un tiempo para cada uno y una mayor cantidad de llegadas visitantes, Central y Newell`s se repartieron casi todo y, en lo futbolístico, quedaron en paz, al menos por seis meses.