Dice que fue el mejor cambio que hizo en su vida. Eso, sumado al sacrificio que realiza diariamente, es lo que hoy comienza a dar sus frutos. Emiliano Contreras se recibió este fin de semana de campeón, por alzarse con las dos medallas de oro tras consagrarse en la etapa en línea y también en contrarreloj en el Campeonato Argentino de Ruta de ciclismo que tuvo sede en San Juan. Emiliano José Contreras, el "Gringo" para sus seres más queridos, nació el 1 de julio de 1994 y a sus 20 años ya no es un chico. Se hizo grande este fin de semana y le dio una enorme alegría al ciclismo sanjuanino festejando con la clásica "ametralladora", festejo que hoy hizo famoso el popular Daniel Osvaldo, pero que solía usar el eterno "Chino" Saldaño, destinatario especial de los triunfos de Contreras.

Seguramente el "Gringo" Bernal, gran amigo de José Contreras (el papá del campeón) tiene mucho que ver en este presente perfecto del pibe pocitano. Emiliano tomó la primera decisión difícil en su vida con apenas 14 años cuando cambió el fútbol por el ciclismo incentivado por ese amante del deporte de las bicis, que lo motivó para que retomara la bicicleta que había dejado a los 8 años. Decidió "colgar los botines" para subirse nuevamente a su caballito de batalla que el fin de semana que pasó le dio la alegría más grande de su vida. Emiliano jugó al fútbol desde siempre, primero vistiendo la camiseta de Unión, después la de Aberastain de Pocito, donde hoy siguen jugando sus hermanos. Él afirma que era buen jugador, que jugaba en todos los puestos menos de arquero. "En eso no", aclara. Pero como no todo es color de rosas, un día entrenando se cayó y sufrió una fractura expuesta en el brazo izquierdo y cuando lo vio ese vecino de la Villa Aberastain (pueblo natal del ciclista) prácticamente lo retó con una frase que marcó al ahora exjugador: "Emiliano, lo tuyo no es el fútbol, lo tuyo es el ciclismo", le dijo Bernal y Emiliano lo entendió, por eso a los pocos meses, ya sin yeso pero sí con las cicatrices que hasta el día de hoy lo acompañan, comenzó a entrenarse con sus primos Diego y Gerardo Tivani. "Desde ahí no me bajé más", contó.

Cambió de disciplina y hoy lo disfruta. Aunque no se cansa de remarcar que "la preparación y el cuidado personal es todo" y sobre esos campeonatos obtenidos, expresa: "Es el sueño de todo ciclista".

Y sí, no todos los que se suben a la bici logran llegar a ese objetivo. Lo afirma con la cabeza su papá, que disfruta más que nadie los logros de su regalón. Emiliano heredó los genes del ciclismo gracias a él y a la familia de su mamá Liliana Tivani. Pues las dos familias (los Contreras y los Tivani) respiran ciclismo. José padre fue ciclista y hoy cuenta que no corre en los Masters para ahorrar gastos y facilitarle todo a su hijo. "El ciclismo es caro, no es lo mismo que el fútbol. Nosotros a Emiliano le dimos todo para que corriera. Gracias a Dios hace un año que él ya se puede sustentar sólo económicamente, así que es un respiro para nosotros".

Sacrificio. Humildad. Entrega. Son sólo sinónimos que reflejan lo hecho por la familia Contreras para que hoy Emiliano esté donde esté. Ese pibe que escucha cumbia y cuarteto, que disfruta de su noviazgo con Marianela, que dejó de lado las salidas para dedicarse plenamente al ciclismo, se recibió de campeón el fin de semana y si continúa con esos logros, pinta para ser el nuevo ídolo del ciclismo sanjuanino. Dentro de pocas semanas partirá para concentrarse con la Selección argentina que afrontará los Panamericanos de Ruta en México. Después volverá a sus tierras, sus pagos, donde buscará seguir sumando victorias con su caballito de batalla. Hoy, su compañera de alegrías.