El seleccionado argentino de fútbol se calzó con comodidad y prestancia el traje de favorito que le habían asignado para esta Copa América durante el primer tiempo, que terminó ganando por 2 a 0, pero en la segunda parte se transformó en un equipo vulgar y Paraguay le terminó igualando 2 a 2 en el debut de ambos en el grupo B del certamen que tuvo lugar en el estadio La Portada, de La Serena.

Argentina parecía tener todo resuelto antes de la media hora, el tiempo que le llevó a los paraguayos cometer su primer error defensivo y a los dirigidos por Gerardo Martino, o más precisamente a Sergio Agüero aprovecharlo con su habitual capacidad de definición.

Fue una derecha al mentón, en términos boxísticos, ese remate con la pierna diestra del ‘Kun‘ a la red tras eludir al arquero Anthony Silva, y tras ella sobrevino de inmediato, apenas seis minutos después, una zurda de Lionel Messi mediante un penal que le cometieron a Angel Di María, para poner de rodillas al conjunto de Ramón Díaz.

Con Paraguay metido bien atrás, y en muchas ocasiones, cuando la pelota la manejaban los volantes argentinos, con los once integrantes metidos dentro de su área, Argentina pareció un rival de otra categoría.

Y así, mientras la austeridad de los albirrojos provocaba las pullas de los hinchas argentinos para con Ramón Díaz, el primer tiempo se consumió sin atisbos de cambio para la otra mitad, que a la luz de lo observado parecía estar de más.

Tan solo un error propio de Argentina, como había ocurrido a su favor en el primer tiempo, podía abrir otro camino en el desarrollo del partido, y ese error llegó. Iba un cuarto de hora del segundo tiempo cuando perdió un balón Pastore en tres cuartos de Paraguay y el balón derivó en Nelson Haedo Valdéz, que con un violento remate de medio distancia convirtió el descuento.

A partir de allí el partido cambió Paraguay, entonado, por la paridad se jugó en el golpe por golpe.

Los dos tuvieron opciones, Romero y Silva tuvieron atajadas notables.

La taba cayó para Paraguay, que sobre la hora empató con un gol del argentino naturalizado paraguayo, Lucas Barrios.

Argentina empezó con todo, para una goleada histórica pero se relajó y Paraguay, que lo había respetado mucho, lo atacó y sacó a la luz la otra cara, la de la permeabilidad defensiva. El equipo de Martino empezó para campeón, pero perdonó y pagó.