Aunque son nuevitos en la Liga de Profesionales, entraron el año pasado, se conocen de hace años por el trabajo. Entrenan poco y llegan tarde a los partidos. Desorganizados, pero felices al fin. Todos tienen un apodo y con él lo identifican sus compañeros. Pitufo, Chiquito, Pato (Mallea ex jugador de Desamparados), Tilingo, Bicho, Gordo, Carancho. Así es la vida de Banco San Juan, en la categoría Veteranos.

"Somos así, muchas veces entramos siete a jugar y somos vagos para entrenar. Todos nos manejamos con los apodos en la cancha y los rivales nos miran y no entienden nada. Nosotros nos cegamos de risa, jugamos para divertirnos nada más. Obvio, después viene el tercer tiempo. Ahí nadie llega tarde", señaló uno de los jugadores, Luis Blanco.

Así y todo estos muchachos que trabajan en la entidad bancaria son apasionados de este deporte y nunca faltan los comentarios en algún momento libre durante la jornada laboral.

"Por ahí la gente nos mira y no entiende nada, porque hablamos como si fuésemos futbolistas y no empleados del Banco, recordadno el partido del sábado, y al final simepre nos gastamos y nos reímos mucho. Cuando tengamos más tiempo vamos a dedicarle más a los entrenamientos, ya nos vamos a organizar bien", prometió Luis.

En todos los equipo hay una anécdota que queda guardada y que siempre recuerdan. En Banco San Juan reviven todos los sábados aquella indicación del arquero Fredy Sastre, que fue clave en un partido.

"En uno de los partidos estábamos empatando y sobre el final teníamos un tiro libre a favor. El jugador nuestro se demoraba en tirar y cuando se vino corriendo el arquero Sastre, le dio las indicaciones y fue gol, se agrandó después Fredy. Ese día ganamos", cerró Luis.