Le tocó el control antidoping, junto con su compañero Marcos Galarza. Igual, después de cumplir con lo suyo, volvió al camarín y se abrazó con cuanto compañero tuvo cerca. Al Petiso se le notaba la cara de felicidad. Federico Poggi, el mismo que perdió aquella final con Huracán frente a San Martín en el 2007, hoy por hoy es uno de los pilares de este equipo Verdinegro que en la próxima temporada jugará en Primera División.
“Así salen esta clase de choques. Las finales son así, pero creo que en el balance de éstos dos partidos fuimos superiores. Muchos pensaban o decían que hoy (por ayer) San Martín iba a venir a meterse atrás, a cuidar el resultado y no fue así. Nos planteamos durante toda la semana que si hacíamos eso correríamos peligro. Porque de tantas veces que iban a venir, nos iban a convertir. Por eso salimos a jugar de igual a igual. Les convertimos y todo se dio vuelta. En el primer tiempo jugamos mucho mejor que ellos. Les manejamos siempre la pelota. Y en el segundo tiempo, lógicamente ellos iban a venir a buscar el partido. Pusieron todo, pero nosotros supimos aguantarlo bien”.
SUBE Y BAJA
Más adelante el rápido y habilidoso jugador reconoció que “este grupo es fantástico. Durante el año tuvimos muchos vaivenes.
Tuvimos momentos buenos, otros malos. Fuimos realmente irregulares. Pero desde que asumió Dany (Garnero) encontramos esa regularidad justa y eso nos sirvió para conseguir muchos puntos. Hubo muchos que no pensaron que podíamos llegar a esto, pero nosotros nos tuvimos mucha confianza y demostramos que hay plantel para jugar en Primera”.
Después dijo: “¿De quién o de que me acuerdo en éstos momentos? Obviamente de mi señora, de mis dos hijos, de mi hermano que no está conmigo hace tres años. En estos momentos especiales, donde no se puede encerrar con palabras toda la felicidad que uno siente. La felicidad de un futbolista por lograr un ascenso. Y estas cosas hay que vivirlas al máximo porque no pasan todos los días”. Poggi ya está en el corazón verdinegro.

