Como si en sus manos tuviera la lámpara de Aladino, Martín Palermo pidió el deseo de "ganar aunque sea medio a cero" su último clásico con Boca en La Bombonera frente a River, y de ser posible marcarle algún gol a Juan Pablo Carrizo. La motivación se reflejó en la práctica de fútbol de ayer, donde el delantero convirtió dos goles.

Palermo ratificó que el 19 de junio dejará el fútbol cuando enfrente a Gimnasia, el rival natural del Estudiantes que lo lanzó al ruedo de la pelota, y entre el clásico y los cinco partidos que le quedan quiere darle a Boca la ilusión de tener la "pequeña esperanza" de pelear por el título.

Finalizada su carrera de jugador en junio próximo, se tomará el resto del año para descansar y a comienzos de 2012 estará listo para su iniciación como director técnico en el equipo que lo requiera, aunque adelantó que "no dirigiría a River".

Palermo ya mantuvo conversaciones con sus ex compañeros Roberto Abbondanzieri y Rolando Schiavi para integrarlos a su futuro cuerpo técnico. Interrogado sobre a quién se parecerá como técnico, Palermo apuntó que "de Carlos (por Bianchi) hay cosas, también de Coco (por Alfio Basile), de cada uno se aprende pero después hay que ver el equipo y los jugadores que uno tiene".

"En el próximo Apertura voy a ver fútbol, voy a seguir a Boca y también a Estudiantes, como lo hice siempre estando en actividad. Me interesa ver jugadores, más que a un equipo en particular. Conocerlos para cuando uno tenga que dirigirlos", dijo.