Tenía que ganar para seguir vivo, para soñar e ilusinarse. No importaba la manera, sólo los 3 puntos. Del Bono lo hizo, convencido que podía. Tal vez sin fútbol, pero con un corazón enorme y corriendo hasta al final. Ese sacrificio valió, porque el Bodeguero le ganó 1-0 a San Martín, que llegaba como el cuco, como el único invicto del torneo. Pero la fuerza y sobre todo la concentración le permitió a Del Bono soñar con clasificar, para eso tendrá que pasar muchas cosas, pero matemáticamente está vivo.
Al inicio Del Bono se encontró con un rival duro de superar. El juego era muy luchado y enredado en el medio. Zona en la que Páez y Fernández se hicieron fuertes. Arriba, cuando Núñez y Balmaceda se juntaron cambiaron la cara.
San Martín no se defendió. Fue a buscar, pero careció de juego, le costó superar a una defensa bien parada y atenta a cada movimiento.
Y a los 21 minutos, cuando el gol parecía lejos, Mariano Núñez le hizo un sombrerito a Natalichio y antes que la pelota pique le dio de aire para meterla al primer palo. Golazo del Peti, alivio en la Esquina Colorada, que ayer lució como antes, llena de gente.
En la parte final Del Bono no salió tan apurado, esperó bien agrupado una contra con Cáceres, que ayer estuvo ausente. San Martín puso mucha gente arriba y apostó al juego de Ramirez Silva, que por momentos desequilibró y por otros abusó de la jugada individual. El ‘Chacarero’ no sabía como llegar, los caminos se le cerraban cuando se topaban con Artés, Tapia e Illanes. Ni la entrada del experimentado Coria ayudó porque Del Bono se fortalecía con el paso del tiempo, era puro corazón. Balamceda bajaba a recuperar al área, todos daban una mano, el equipo estaba contagiado de ese amor propio.
Núñez tuvo dos chances como para liquidar el partido, pero siempre aparecían fantasmas mendocinos para sacar el balón de la línea. El Teco incluso cabeceó sólo y Coronel voló para evitar el gol.
Pepe Bravo metió a Galleguillo y Castro, dos torres para defender más que nunca una victoria valiosísima. Si bien San Martín se cansó de tirar centros, nada cambió, porque Del Bono se defendió con uñas y dientes y por eso sigue vivo.
