En el estadio Rodrigo Paz Delgado de Quito, Ecuador enfrentó a Paraguay. El cruce de entrenadores argentinos entregó emoción y vértigo. De un lado Gustavo Alfaro apostó por la disciplina táctica y el orden defensivo. Y del otro, Eduardo Berizzo se inclinó por el equilibrio con Ángel Romero como fuente principal de ataque, pero sin la presencia de su hermano Óscar entre los titulares.
El espectáculo comenzó accidentado por la lesión que sufrió Alberto Espínola. En menos de cinco minutos, el Toto debió agotar una variante para reemplazar al defensor lastimado por Robert Rojas.
Un tiro libre ejecutado por el ex delantero de San Lorenzo representó la acción más peligrosa de la Albirroja, aunque la sólida respuesta de Hernán Galindez llevó tranquilidad en el público local. En cambio, el dueño de casa buscó lastimar la valla defendida por Antony Silva a través de las diagonales veloces que implementó Pervis Estupiñán. Cada uno con sus argumentos (y sus limitaciones) desearon llegar a la red.
Antes del descanso Ángel Mena y Byron Castillo también coquetearon con el gol, pero por falta de precisión en sus remates finales la primera etapa se terminó en silencio.
En el complemento Ecuador mostró una faceta más ofensiva con los ingresos de Gonzalo Plata, Washington Corozo y José Cifuentes. El segundo episodio del pobre espectáculo se disputó mayormente en territorio, pero a la Tri le costó abrir el cerrojo de la última línea albirroja. Además, los esporádicos intentos de larga distancia de Romero y Amarilla no representaban ningún riesgo para Galindez. En los 2.850 metros de altura de Quito, Paraguay quiso aferrarse al punto apelando al sacrificio y la pierna fuerte.
Sin embargo, sobre el final se estableció la justicia en el marcador. Después de tanto ir, el conjunto de Alfaro tuvo su premio por la ambición. Un centro de Estupiñán para la llegada de Félix Torres fue la fórmula para quebrar la solidez paraguaya y concretar una victoria fundamental que sirvió para mantener las esperanzas de acceder a la próxima Copa del Mundo.
El ingreso de Michael Estrada también fue determinante para confirmar la superioridad local, dado que el reemplazante de Enner Valencia cerró la jornada con una extraordinaria maniobra individual que derivó en el 2 a 0. Con los tres puntos adquiridos, Ecuador se ubicó entre los mejores tres equipos del continente. El Falcon de Lechuga sigue en marcha.