Buenos Aires, Télam
Boca y River protagonizarán hoy una nueva edición del superclásico del fútbol argentino, esta vez llegando al partido con bajo perfil, sin fuertes declaraciones y con los dos equipos lejos de la lucha por el campeonato.
El partido, correspondiente a la décima fecha del torneo Clausura, se jugará en La Bombonera, desde las 15.10, y el árbitro del encuentro será Gustavo Bassi.
Los presentes de Boca y River en el certamen local no les dejan mucho margen a los protagonistas para el partido de hoy, más allá de que el equipo de Núñez está un poco mejor parado en el Clausura.
Esta vez se llega al superclásico sin declaraciones fuertes en la semana y con los dos equipos con dudas en sus formaciones titulares, en ambos casos por lesiones. La presencia o ausencia de Juan Riquelme, en Boca, y de Radamel Falcao García, en River, son claves, porque en sus respectivos planteles no tienen jugadores como para reemplazarlos.
Dentro de ese panorama, las cosas en Boca están mucho más claras, porque su entrenador, Carlos Ischia, tiene una base del equipo, algo que Néstor Gorosito no encontró todavía en River.
Boca se sabe cómo juega, a qué juega, cómo se planta en la cancha y cómo busca los caminos de la victoria, más en este superclásico, al tener en cancha a Rodrigo Palacio y Martín Palermo.
En cambio, en River son todas dudas, porque no se sabe a qué juega, no tiene claros los caminos para llegar al gol y todavía no pudo plasmar en el verde césped una cabal idea de qué es lo que pretende.
Lo curioso es que ambos coinciden en un defecto, el defensivo, porque tanto el equipo de Ischia, como el de Gorosito, no tienen una solidez que les permita vivir con tranquilidad los partidos.
Las defensas de cuatro hombres en línea que paran ambos entrenadores hasta ahora dieron ventaja y los equipos que salieron a atacarlos pudieron aprovechar esa falencia.
Por eso una de las claves del partido de hoy será cómo se plantan los dos equipos y cuál de los dos asume el papel de protagonista, ya que eso puede ser determinante en este superclásico.
En Boca la presencia o no de Riquelme no modificará el esquema, pero su mediocampo, en cualquier situación, tendrá una característica ofensiva, sobre todo por el sector izquierdo, por donde se moverá Cristian Chávez.
Por su parte, Gorosito, ante la falta de peso ofensivo podría apostar en este superclásico por salir a jugar con un solo punta definido, aunque esto recién se confirmará un rato antes de jugar el partido.
Se sabe que una victoria no dejará a Boca muy cerca de los líderes del torneo, pero le daría un envión anímico muy grande como para animarse a repetir lo del Apertura pasado, mientras que una derrota lo dejará definitivamente sin chance.
River sabe que ganando seguirá cerca de los de arriba y con el plus de la victoria en el superclásico podría aspirar a pelear y, como a Boca, una derrota, sepultaría cualquier sueño de ganar el campeonato.

