Los casos de deportistas mordedores más conocidos por los argentinos son los que protagonizaron dos boxeadores, Ringo Bonavena cuando hincó sus dientes en el norteamericano Lee Carr en el Panamericano de 1963 y Mike Tyson cuando le arrancó un cuarto de oreja a Evander Holyfield. Esos dos fueron casos aislados.

El de ayer, protagonizado por el delantero uruguayo Luis Suárez que clavó sus dientes en el hombro del defensor italiano Giorgio Chielini es un tema que va más allá de una circunstancia propia de la tensión de un partido. Ocurre que el "botija’ tiene antecedentes frescos. En 2010, jugando para el Ajax mordió al volante del PSV Otmal Bakkal y el año pasado, en el Liverpool de Inglaterra le dejó el recuerdo en la tetilla al defensor serbio Branislav Ivanovic del Chelsea.

Los diarios europeos se mofaron de la situación. "Drácula golpea de nuevo’, titulo la Gazetta Dello Sport italiana. L’Equipe, francés, encabezó su crónica con un "Uruguay fue más mordaz’. Marca de España informó "volvió a morder a un rival’ y As publicó un video con las mordidas anteriores.