En el cierre de la tercera rueda, Desamparados logró uno de esos triunfos que son claves en el aspecto anímico. El primero desde que asumió "Betito’ Naveda, luego de dos caídas y un empate, que habían sembrado nubes en el horizonte. Y no fue solamente un "volver al triunfo’ sino que ocurrió frente al sólido escolta del campeonato, Belgrano, y en su propia cancha, en San Francisco, donde había ganado en las cuatro presentaciones anteriores.
Además, el triunfo tuvo varios argumentos. El regreso al dibujo del 4-4-2 sirvió para que los jugadores se sintieran más cómodos y convencidos en sus fuerzas y demostraron autoridad para llevarse los 3 puntos en un partido que ya estaban ganando a los 14 minutos del primer tiempo. Hasta ese momento, el juego era tan dinámico como equilibrado y los dos equipos ya habían contado con una chance de abrir el marcador. Sportivo se puso en ventaja luego de una habilitación del jachallero Pérez a Garrido, que remató y el defensor Compagnucci puso la mano para evitar el gol, dentro del área. El penal sancionado fue ejecutado por Reinoso y Desamparados le pasaba toda la presión al dueño de casa. El encuentro siguió con trámite emocionante. Aguiar ahogó dos veces el empate de Belgrano y Sportivo pudo aumentar a través de Reinoso y Garrido.
En el complemento, más allá de un par de salvadas en la línea del gol, Desamparados supo mantener la ventaja, manejando muy bien la pelota en el mediocampo.
Belgrano entró en la impotencia, que se reflejó en duras infracciones, y antes que una jugada aislada convirtiera en injusticia el resultado, Santiago Ceballos definió muy bien un contragolpe a los 40 minutos y ya Desamparados desató la alegría que acumulaba desde el año pasado.