
Todo es una suma de malos momentos. Lo de este sábado en Concepción fue casi como el golpe de gracia. La derrota ante Argentinos Juniors caló hondo en todo San Martín. Pero la pérdida de puntos vitales viene desde antes. Y tal vez si hubiese salvado aquellos puntos, aún con la última caída el Verdinegro podría haber estado afuera de la zona roja.
Es para ir por partes. Primero, lo de los puntos perdidos increíblemente. Y segundo, el mal momento futbolístico por el que atraviesan varios jugadores.
En el ítem inicial aparecen derrotas increíbles y empates injustificables. Prácticamente todos en los últimos minutos de acción. En la fecha 9, San Martín perdió (1-2) con San Lorenzo con un gol de Hernández faltando 5’. En la fecha 10, cayó (0-1) en Concepción ante Defensa y Justicia con un gol de Larrondo en el minuto 45. En la fecha 18, es vencido (0-1) por Aldosivi con un tanto de Iritier en el tercer minuto de descuento. En la fecha 21, termina empatando (0-0) el clásico con Godoy Cruz pero Ardente tira un penal a las nubes. Y en la fecha 22, Lanús le iguala (1-1) con un gol de Sand en el tercer minuto de descuento. ¿Qué queda de ésto? Que nunca supo defender lo que estaba concretando. Y eso no es calidad de juego ni algo parecido. Es carecer de astucia y capacidad para cerrarles los caminos al rival y que no tenga su oportunidad. Esto nace desde el esquema pensado por el cuerpo técnico y ejecutado por los propios jugadores.
Por eso lo que dijo el presidente Jorge Miadosqui tiene razón: Todos son responsables.
Sólo con haber ganado el clásico ante el Tomba y que Lanús no le empate en el descuento, el Verdinegro tendría cuatro puntos más de los que tiene y estaría por arriba de la línea de Patronato, hoy salvado.
Pero claro, ésto mejora con el buen funcionamiento de equipo y con buenas actuaciones de los jugadores (el segundo ítem). Y eso está complicado, porque el juego de equipo no funciona y los jugadores están en un pozo anímico del que es difícil salir. A San Martín le quedan dos batallas. Dos finales. Primero con Colón, en Santa Fe, y después con Talleres, en Concepción. Ya no hay otro camino. Tiene que ganar sí o sí. Ahora viene un parate porque el fin de semana hay fecha FIFA. Tanto Forestello como los jugadores tienen mucho trabajo.
