Partidazo otra vez. Igual que en Mendoza. Tal vez no por el desarrollo pero sí por el desenlace. Es que Richet y Zapata quedó de cara a su consagración porque otra vez derrotó a Banco Mendoza en la serie final de la Liga Nacional A-1 de hockey sobre patines. De nuevo fue con un gol de oro. Otra vez llegando del stick del emblema del Violeta: Gonzalo Romero. El de Mendoza fue 4-3. El de anoche, en el “Cantoni”, 3-2. Lo cierto es que el equipo de Las Colonias quedó 2-0 arriba en la serie y, de ganar mañana en Mendoza en el tercer choque (juegan desde las 20), se consagrará campeón.
La historia tuvo un capítulo excepcional anoche. Porque el partido tuvo todo lo que tiene que tener una final. Buen juego, garra, corazón, golazos e incertidumbre. Porque parece que para este Richet conseguir una victoria sin sufrir, no vale. Y no es porque lo quiera así. Es, simplemente, porque se trata de una final y ningún equipo regala nada. Es más, juega a muerte por un triunfo para alimentar sus sueños.
El Violeta concretó un gran primer tiempo y lo terminó plasmando en el tablero. Se fue al descanso ganando 2-0 porque se movió con criterio, anuló con presión la salida del rival y metió los estiletazos justos. Primero, bien temprano, fue Mariano Romero. Después, casi sobre el final, su hermano Emiliano.
Pero en el complemento el panorama varió. Banco Mendoza salió con mayor decisión y fue llevando el juego a lo que más le convenía: El ida y vuelta permanente. Con las piernas sintiendo el rigor del parquet, todo Richet empezó a sentir el desgaste y el rival lo aprovechó. Primer descontó Julián Tamborindegui. Y, cuando caía el telón, su hermano Ezequiel clavó el empate. Impensado porque el local desaprovechó varias antes. Y llegó el alargue. Que no tuvo mucho desarrollo, porque al minuto, El Nolo se despachó con un golazo que terminó con el segundo capítulo.
