No hace falta ser adivino para proyectar que Julio César Falcioni se retiró ayer del Monumental con un gran alivio. El gol del empate en el descuento de uno de sus predilectos como Walter Erviti, le permitió al Emperador esquivar otra semana con profundos cuestionamientos para él. Y a futuro, más allá que Boca quedó a siete puntos del líder, Newell’s, parece que el empate le dio otra vida apuntando a un título que podría ser su salvación para permanecer en el cargo. Por tercer partido consecutivo, el hincha de Boca y el mundo futbolístico no pudo saber qué pensaba Falcioni de la actuación de su equipo, ya que tal cual ocurrió contra Belgrano, en Córdoba, y la fecha pasada frente a Estudiantes, en la propia Bombonera, el DT se fue sin hacer declaraciones, en una medida que como mínimo parece inexplicable.
Los cinco partidos sin triunfos del xeneize y la cada vez peor producción de sus dirigidos pueden ser dos causantes de su silenzio stampa. Claro que a su vez se abren diferente frentes de conflictos para el entrenador, que ayer tuvo que observar el segundo tiempo fuera del banco de suplentes por ser expulsado tras demorar su salida. Los ‘dardos’ tras el superclásico de dos referentes como Rolando Schavi y Clemente Rodríguez no hacen más que poner blanco sobre negro la nula relación con el conductor del grupo. Así transita Falcioni lo que para muchos son sus últimos partidos en el cargo.

