Será una prueba de fuego para el técnico Sergio Hernández y los doce jugadores elegidos por el Oveja para seguir haciendo crecer el aura de la Generación Dorada. En el Premundial de Puerto Rico que arranca hoy ante Venezuela (19.30 hs, televisa TyC Sports) y sin varias de las estrellas como Ginóbili, Oberto, Nocioni y Delfino, la selección argentina de básquetbol buscará una de las cuatro plazas para el Mundial del próximo año en Turquía. La misión es difícil, aunque no imposible. Igual, si Argentina no está entre los semifinalistas (los cuatro acceden al Mundial) cuenta con grandes chances de ingresar a Turquía como invitada por parte de la FIBA, algo que ya pasó en el torneo ecuménico pasado con Serbia. Pero eso recién se develará el mes próximo.

De los campeones olímpicos en Grecia ’04 sólo dos dirán presentes en el país boricua. Scola, el emblema y capitán, junto a Leonardo Gutiérrez. El ala-pivot de los Houston Rockets es el arma vital para contar con chances. Pese al flojo nivel del Luifa y sus compañeros en los últimos seis amistosos de preparación fuera del país, donde se ganó uno y se perdieron los otros cinco encuentros, hay puntos para estar confiados en llegar al objetivo. Uno de esos pasa por la llegada a último momento del base titular del seleccionado, Pablo Prigioni, quien ayer oficializó su arribo nada menos que al Real Madrid de España.

Argentina integra la zona B y de los cuatro equipos que deberá cruzarse en la fase inicial, Brasil y República Dominicana aparentan ser los más fuertes pues ambos cuentan con jugadores de la NBA. La zona del local, Puerto Rico, es algo más aliviada con México, Uruguay, Canadá e Islas Vírgenes de integrantes.

Después de la fase inicial acceden a la siguiente ronda los primeros cuatro de cada grupo. Estos se cruzan entre sí para armar las semifinales. Ese póker tiene asegurado el boleto a Turquía, donde Argentina quiere estar presente. Un dato: desde el Premundial que también se disputo en Puerto Rico hace una década, la albiceleste no baja del podio. Eran otros jugadores, pero con idéntica mística. Esa que pese a las ausencias tratará de llevar al actual bronce olímpico a un nuevo Mundial.