Es un verdadero crisol. Todas las razas se unen allí. Se escuchan todos los idiomas y sin dudas que es el punto neurálgico y turístico de Roma, y eso que que acá cada esquina tiene su historia. El Anfiteatro Flavio o simplemente el Coliseo es una de las Siete Maravillas del Mundo y por eso es ineludible visitarlo. Son 10.000 personas por día que lo recorren, de 9 a 19. Y, como en todos lados, hay que negociar y regatear para conocerlo mejor. Si no, una fila de dos horas puede ser demoledor para después caminar sus niveles durante, al menos, dos horas más. Así, para quien no desee hacer una fila tan larga que impresiona apenas se llega al lugar, los intermediarios y guías oficiales ofrecen sus servicios. Está tan aceitado todo, que ofrecen desde 50 a 27 euros un recorrido guiado, con el extra de evitar la tan temida fila. Sólo hay que ir buscando quién ofrece menos y hay cientos de guías que se pelean por los grupos de visitantes, de ahí que van bajando el precio. Y como eso del crisol es literal, también debe buscarse a los guías que hablan español, pues no hay idioma en el que no se pueda hacer el recorrido guiado. Entonces, quienes ya tienen el tour pagado, ingresan por un vallado contiguo en el que los miles de personas hacen fila (la entrada por boletería cuesta 14 euros) y después sólo queda contemplar una obra de dos milenios, que tuvo 100 días de inauguración y por el que miles de cristianos murieron de la forma más cruel.