El delantero Andrés Silvera faltó ayer al entrenamiento por segundo día consecutivo e instruyó a su representante, Daniel Mandarino, para que negocie su salida de San Lorenzo, que posee la propiedad del pase.
Después de la sorpresa que causó su ausencia en la práctica del miércoles, el ex atacante de Huracán e Independiente, entre otros, repitió la conducta como gesto inequívoco de su deseo de alejarse del club por la pésima relación que mantiene con los hinchas.
Silvera, el jugador más insultado el pasado domingo ante Vélez Sarsfield (0-1) después de la eliminación en la Copa Libertadores, le pidió a su agente que organice una reunión con la dirigencia para terminar su ciclo en San Lorenzo iniciado en julio de 2006.
El encuentro se produciría, pero la solución no sería tan sencilla, pues los dirigentes no están dispuestos a que la desvinculación se produzca sin réditos económicos para el club.
La estrategia del delantero será forzar la salida a partir de una deuda en concepto de primas; mientras que la directiva buscará negociarlo con el primer interesado, explicó una fuente del club.
