Santiago Silva y Lucas Viatri, los centrodelanteros que conforman el ataque de Boca, saben que la receta del ‘doble 9’ que dispone ahora el técnico Falcioni puede ser modificada en cualquier momento si no llega el gol, de lo que ellos dos viven.
Y ayer ambos se dieron el gusto de, aparte de salir campeones, terminar con la satisfacción del deber cumplido.
Silva llevaba una racha de 5 partidos sin convertir. Desde la primer semifinal por la Libertadores ante la U de Chile que el Pelado no gritaba un gol propio. Para colmo, vio la tarjeta roja el sábado ante Quilmes en el comienzo del Torneo Inicial. Y la definición exquisita de anoche con la emboquillada a los 22 minutos de juego valió para que el Pelado se sacudiera toda la mufa de encima en el Bicentenario sanjuanino.
VIATRI LO TIENE DE HIJO
Viatri sigue siendo un hombre muy feliz cada vez que enfrenta a la Academia. Anoche aprovechó el centro-pase de Clemente Rodríguez para sacar ese disparo esquinado que hizo imposible la estirada de Saja y decretar el 2-0 parcial de la noche. Es el quinto gol que Viatri le marca a Racing, el equipo que más sufrió al centrodelantero. Le hizo un doblete en 2009, le marcó otro en 2010, pero el más recordado, hasta ayer, fue el que le hizo en la noche de su regreso luego de la lesión ligamentaria que lo marginó durante siete meses de las canchas. El gol tras taco y media vuelta en mayo pasado fue un momento lleno de magia. Así, los dos goleadores se fueron felices. Por el título, pero también porque la fórmula sigue en pie.

