Diego Martínez, el técnico de Tigre, dijo sentir la amargura de no haber podido coronar con el título la campaña de su equipo, pero también dejó en claro que estaba orgulloso de sus jugadores. Para el entrenador que en su primera experiencia en un club que juega en la Primera División llevó a su equipo a la final de un torneo, lo realizado por Tigre tiene un gran valor. "Jugamos de igual a igual, y en un momento superamos futbolísticamente a Boca. Dejamos todo en la cancha y eso para mi es fundamental", confesó mientras observaba la coronación de sus rivales de ayer.
"Creo que el partido fue equilibrado, en el primer tiempo supimos cortar el nexo por la izquierda entre Fabbra y Villa, y logramos dividir el control de la pelota. Tuvimos la mala fortuna que nos convirtieran al final del primer tiempo con una pelota parada, y después, en el segundo tiempo, en el momento que merecíamos el empate, nos marcaron el segundo gol. Allí cambio todo, porque fue un golpe inesperado", explicó el entrenador que se inició en las divisiones menores de Boca, que fue captador de talentos del Barcelona y que desde 2015 decidió salir de su zona de confort y empezó su camino en la categoría más baja. Dirigió a Ituzaingo (Primera D). En el 2016 a Cañuelas (C), en 2018 a Comunicaciones (Primera B Metropolitana) y Midland (C), en 2018 y 19 a Estudiantes de Buenos Aires (PBM y Primera Nacional), en 2020 a Godoy Cruz (Primera), el año pasado consiguió el ascenso con Tigre y ayer disputó su primera final con El Matador.
"Lo de hoy (por ayer) fue para nosotros una linda experiencia. Fuimos dignos de una final como esta", concluyó.
Estuvo cerca
A Tigre lo movía la ilusión de ganar la Copa de la Liga, y de esa manera igualar lo conseguido por Huracán. El Globo, en 2014 se convirtió en el primer equipo en ganar un título de Primera División viniendo de la categoría inferior. Ganó la Copa Argentina mientras jugaba en la B Nacional, donde un mes después se consagró campeón y subió.