El ciclista argentino Eduardo Sepúlveda sobresalió ayer al culminar en la segunda posición de la clasificación general del 51er. Tour de Turquía, carrera de ocho etapas y categoría HC de la Unión Ciclista Internacional, la segunda más importante del mundo detrás de la World Tour.
El chubutense, nacido en Rawson hace 23 años, volvió a brillar en el marco de una temporada muy destacada en la que también se acreditó su primera victoria como profesional en la Clásica Sud Ardeche (clase 1.1), en Francia, el 28 de febrero, y fue cuarto en el Tour de San Luis (2.1) en enero.
Sepúlveda, quien corre para el equipo francés Bretagne-Seche Environnement, culminó como escolta en la clasificación general a 32 segundos del croata Kristijan Durasek, líder desde la sexta jornada.
El joven argentino, que en 2014 había sido quinto en el Criterium Internacional (2.HC) y cuarto en el Tour del Mediterráneo (2.1), ambos en Francia, tuvo una muy buena labor en la tercera etapa donde finalizó tercero para quedar en esa misma posición en la clasificación general.
Sepúlveda supo defender ese tercer peldaño del podio hasta que en esta última etapa, ganada por el español Lluis Mas, trepó al segundo puesto luego del abandono del italiano Davide Rebellín.
UN PERRO
El veterano italiano Davide Rebellin, que corre para el equipo polaco CCC Sprandi Pollowice, empezó el último parcial siendo el malla líder. Lamentablemente, por esas cosas de las carreras que ocurren -hasta en el máximo nivel- debió abandonar después de sufrir una caída que se produjo porque un perro se atravesó al paso del pelotón.
Rebellin, de 43 años es el mismo que a principios del siglo estuvo a punto de nacionalizarse argentino para correr el campeonato del mundo. Un tema de papeles impidió que pudiese vestir la casaca albiceleste como era intención del presidente de la FACPyR, Gabriel Curuchet, en los inicios de su gestión al frente del ente madre del pedal argentino. Por su victoria en la etapa reina, era el candidato hasta que se le cruzó el perro.

