Como en Alemania 2006, Argentina se enfrentará ante México en octavos de final. En aquella oportunidad los orientados por Pekerman ganaron 2-1 y cuatro años después, en el Mundial siguiente, habrá un nuevo encuentro. Será el domingo, a las 15.30 hora argentina, en el Soccer City, donde la selección de Maradona tendrá un rival de cuidado, que mostró diferentes caras en sus tres compromisos en Sudáfrica.

El equipo dirigido por Javier Aguirre alcanzó su máximo rendimiento en el segundo partido ante Francia, pero sufrió ayer ante Uruguay. En los tres partidos mostró una identidad: tenencia de pelota y ataque con tres delanteros. ¿Su déficit? Una defensa que falló en reiteradas oportunidades. Pese a los defectos, México se clasificó en el Grupo A, uno de los más parejos del torneo, en segundo lugar.

Su juego es atrevido en sus intenciones. Pelota al piso y numerosos ataques. Los laterales son clave para el entrenador Aguirre. Por allí atacaron Carlos Vela y Giovani Dos Santos, los encargados de la creación en el Tri. Por las bandas, también suman las proyecciones de Carlos Salcido, por izquierda, y Ricardo Osorio, por derecha. El único referente de área en el ataque es el argentino nacionalizado Guillermo Franco que, hasta ahora, no rindió a la altura del equipo.

Pero la osadía de su ataque la paga en defensa. La última línea cometió errores en todos los partidos. Su arquero, Oscar Pérez, no transmitió seguridad bajo los tres palos, pese a no tener responsabilidad en ninguno de los goles.

En el centro del mediocampo tiene a su máximo referente: Rafael Márquez. El volante más retrasado de México ordena la defensa, recupera, distribuye y, además, tiene gol. Sus abanderados en el quite son Efraín Juárez y Gerardo Torrado, dos jugadores que se destacan en la liga local.

En los últimos metros, México aprovecha a sus nuevos talentos. Carlos Vela, Javier Hernández y Pablo Barrera quienes pueden arrancar desde el inicio o pueden ser un buen recambio para cambiar el ritmo del ataque mexicano.

En Sudáfrica. Pese a que el comienzo no fue sencillo, México hizo un buen papel frente a Sudáfrica, en la apertura del Mundial. Empató 1 a 1, tuvo muchos desajustes en defensa pero mereció más.

Su mejor partido lo hizo ante Francia, donde intentó más que los galos y dejó en jaque al elenco de Domenech. Aguirre encontró en el banco la solución goleadora para la victoria. Ganó 2 a 0, con goles de Javier Hernández y Cuauhtémoc Blanco.

Y cerró ayer, donde la derrota ante Uruguay fue la imagen más pálida. La propuesta fue la misma, pero le faltó profundidad. Además, se acentuaron los errores de la última línea. Perdió 1 a 0, con un tanto marcado por el uruguayo Luis Suárez, de cabeza.