El gol. Martín Bravo ya la punteó para vencer al buen arquero de Independiente Rivadavia, Cristian Aracena. Fue en el segundo tiempo del amistoso entre los "titulares". El Verdinegro llegó más y mejor que en el partido ante Brown de Adrogué, por la Copa Argentina.

 

Partido de pretemporada. Típico de preparación. Sobrado de imprecisiones. De vaivenes. Pero importante para los técnicos. Para que vayan sacando cuentas y planeen sus estrategias pensando en lo que se viene. San Martín e Independiente Rivadavia de Mendoza jugaron así, ayer, en el "Hilario Sánchez". Dos partidos. El primero, con los que en apariencia arrancarán los partidos oficiales, fue para el local por 1-0. El segundo, con los más jóvenes y en segunda ala fue claramente para el Verdinegro por 5-0.

Por supuesto, los choques dejaron materia escrita en el balance. Coyette, el técnico Verdinegro, debe haber quedado satisfecho luego de cambiar el esquema con respecto a aquella pálida imagen que San Martín dejó en el choque de Copa Argentina ante Brown de Adrogué. Porque su apuesta del "doble 5" con el Pampa Gelabert y Mosca surtió efecto, más todavía porque le dieron vida entera a los volantes exteriores -Cardozo y Cristaldo- que, cambiándose varias veces de lugar, desorientaron a sus rivales y dejaron expuestas sus limitaciones en la marca.

En el fondo, a la ya comprobada seguridad de Lucho Ardente en el arco, se vio mucha solvencia en la marca de los centrales Juan Rodríguez y Pucheta, en caso especial el primero. Entrega y actitud en los laterales Prósperi y Gianni Rodríguez. Y arriba, la buena ubicación de Bravo (que baja bastante) y Castillejos, en verdad el único atacante frontal del Verdinegro.

Y ahí, en esa última parte, es donde haya quedado un sabor a poco.

 

Al frente. Diego Cardozo, de San Martín, intenta fugarse a la marca de un rival. El equipo sanjuanino dominó en gran parte del partido, ganó bien pero careció de contundencia en los metros finales.

 

Por al equipo le faltó contundencia. Tuvo sus chances claras en el primer tiempo (Bravo se comió dos goles) y sacó provecho de una en el complemento (esta vez Bravo no perdonó y la mandó a guardar). Además le faltó tiro externo. También profundidad. Son cosas que Coyette irá buscando con el tiempo.

Quedó, la goleada (5-0) en el segundo partido. Con Palacios Alvarenga efectivo (se despachó con tres pepas), más los goles de Gustavo Villarruel y Daniel Opaz.