Cada vez mejor, eso es innegable. Y también lógico. Porque el equipo no sólo ha ganado minutos de hockey sino que está explotando en su nivel físico. Y, de paso, el inicio del Campeonato Mundial San Juan 2011 está cada vez más cerca. Anoche, los dirigidos por José Martinazzo plasmaron en el juego todas sus virtudes. Concentración, mejoras notorias en la defensa y un ataque con mucha velocidad y por momentos con tremenda eficacia. Ganaron cómodos por 8-3 y eso que enfrente tuvieron como rival a un combinado sanjuanino (que armó Eduardo Quiroga, un colaborador incondicional del proceso de la Selección) con jugadores que pasan por un gran momento, con experiencia y capaces de romper cualquier esquema.
Salió un partido entretenido. Desde principio a fin. Con muchísima movilidad y con parates que mandó Martinazzo para probar diferentes variantes. El técnico nacional largó con un quinteto fuerte y bien armado, que dejó como punto principal las bondades de un juego afilado y la gran labor ofensiva especialmente de Pablo Alvarez.
Luego, con las modificaciones, el ritmo de juego fue cambiando, pero nunca se olvidó del vértigo. Ya en el primer tiempo en el tablero quedó plasmada la supremacía nacional, dado que el Albiceleste se fue al descanso ganando 4-0.
Luego, promediando el complemento, José Martinazzo probó con Páez-Nalo García-Ordóñez-Nicolía, y ese grupo se movió como pez en el agua en el aspecto ofensivo. Se lo vio con toque permanente en velocidad y alcanzó explosión a la hora de buscar el arco rival. Inclusive el técnico sacó a un jugador (Nicolía), dejando sólo a tres en cancha (como una posibilidad que se le pueda dar en el Mundial) y los muchachos respondieron a full.
Tras el partido, que fue seguido por varios espectadores en el “Cantoni”, el plantel argentino se fue en ómnibus a la concentración en Marquesado. Allí, en la intimidad de la cena, festejaron el cumpleaños 26 de Guillermo Babick.
De acuerdo a lo que expresó Martinazzo es posible que el viernes vuelvan a repetir el amistoso con el mismo combinado sanjuanino, para cerrar una semana a pura actividad.

