Estudiantes La Plata, defensor del título, quedó eliminado anoche en los cuartos de final de la Copa Libertadores de América, pese a ganarle a Internacional, de Porto Alegre, por 2-1, de local en la cancha de Quilmes, que terminó con serios incidentes entre los jugadores de ambos equipos. Un gol de Giuliano a los 43 minutos del segundo tiempo, cuando la serie parecía resuelta, dejó con las manos vacías al conjunto argentino por el valor del tanto como visitante.
Inter jugará con San Pablo en las semifinales de una copa que se quedó sin representantes argentinos.
Estudiantes desafió desde el arranque a los brasileños, forzó el desarrollo del partido entre el círculo central y la medialuna del área rival y fue oportuno para aprovechar las vacilaciones ajenas. Verón cruzó un pelotazo de 50 metros, de derecha a izquierda, sorprendió a la defensa de Inter y dejó de cara al gol a González, que resolvió con un toque bombeado ante la salida desarmada y a destiempo del "Pato". Dos minutos más tarde, de un lateral frente al área nació el segundo. Ré le entregó la pelota a Pérez, que giró e impactó un derechazo colocado, desde el vértice, al ángulo superior izquierdo.
El golazo del mendocino calentó el partido, a partir de los cruces de Andrés D"Alessandro con varios jugadores locales, y sacudió la parsimonia de un Inter que confió en conservar la mínima ventaja de Porto Alegre con poco volumen ofensivo.
El ingreso del defensor Marcos Angeleri por González, con la mudanza de Clemente Rodríguez a la izquierda, tuvo como objetivo evitar sorpresas por ese lateral. Inter no pudo elaborar jugadas de riesgo hasta el final porque Estudiantes realizó con eficacia el retroceso. Con esa tranquilidad pero sin arriesgar demasiado, los dirigidos por Sabella buscaron el tercer tanto, pero no tuvieron justeza. A dos minutos del final, con Estudiantes mentalizado en la clasificación, Giuliano recibió libre una pelota dentro de un área con poca visibilidad por la pirotecnia lanzada desde la popular local y enmudeció al estadio con una definición precisa. Luego llegó el final y la barbarie en un cierre que poco tuvo que ver con el gran semestre del Pincha, pese a que no ganó ni Clausura ni Copa.

