El punto que logró anoche San Martín tiene tintes de felicidad por las limitaciones que mostró en su juego, pero que no terminaron de ser lo esperado y el 1-1 ante Lanús sólo salvo el invicto de local y evidenció esa reacción del equipo que no es nuevo. Ya que a los 2 minutos lo perdía con el frentazo de Diego Braghieri, y logró la paridad recién a los 26’ del complemento con el exquisito gol de Eric Aparicio. Con este juego, correspondiente a la 19na fecha, se puso al día dado que en su momento fue postergado por el fallecimiento del defensor Granate Diego Barisone.
Con el empate, el Verdinegro logró llegar a 20 partidos sin perder en el Hilario Sánchez y mantiene esa “paternidad” de local. Aunque anoche le faltó fútbol, asociaciones, profundidad, pero sobretodo un conductor para manejar a un equipo que más allá de encontrarse abajo en el resultado desde el inicio mismo, no tuvo claridad para reponerse más allá que dominar en el campo y también el mano a mano no le alcanzó en su momento. Y mucho tuvo que ver que Lanús fue firme y prolijo en la marca. Y en ese primer tiempo San Martín hizo un desgaste tremendo en base a la recuperación y distribución de Sebastián Navarro, y la alternativa por derecha con las escaladas de Javier Capelli, quien tuvo su franja. Pero el resto no tuvo eficacia en su traslado.
San Martín no jugó cómodo y lo reflejó en su propuesta. Le costó más de la cuenta y en ese parcial inicial sólo insinuó con 3 remates de media distancia (Figueroa, Vitti y Capelli) que pasaron lejos del arco de Ibañez. Lo que simplificó el trabajo del Granate, porque en base a una solvencia en la última línea, intentó aprovechar los espacios que la ambición del Verdinegro dejó.
En el complemento y cuando la obligación era únicamente de San Martín, no logró arrinconar al equipo del Mellizo Barros Schelotto. Que mantuvo su orden cómo bandera y hasta pudo ampliar cuando a los 5’ Leo Corti le sacó el remate a Lautaro Acosta en una contra que pudo ser letal.
Entonces, Carlos Mayor movió el banco. Adentro Aparicio y José Luis Gómez, y como ya es una cuestión habitual para el entrenador, surgió efecto. Primero en el caso del santiagueño, cuando a los 18’ y en una pared y jugada de Aparicio, le quedó a Gómez, quien de frente remató e Ibáñez se lució,
Hasta que la reacción cayó sobre los 26’, de la precisión del pie derecho de Aparicio, quien de 25 metros se animó, le dió con convicción y con una extraña parábola, la pelota se metió por encima de Ibañez y bajó para poner el 1-1 en el día que el ex Lanús volvió tras dejar atrás el desgarro. El gol fue el síntoma de la reacción.
Pero siempre con la sensación de ser incompleta. Más aun cuando a los 40’ Gómez metió la cabeza y todo su cuerpo para impedirle el disparo a Aguirre dentro del área. Y es que a esa altura Lanús no tenía resto ni el Verdinegro argumentos para hacer del martes otro partido histórico como le hizo dos fechas atrás ante Huracán. Fue empate para una satisfacción incompleta.

