Ganar una Vuelta significa, dentro del ambiente del ciclismo, coronar exitosamente un esfuerzo de más de una semana donde la regularidad y la fortuna deben ir de la mano y para el que preparan sus físicos de manera especial. Daniel Castro, Luciano Montivero y Daniel Zamora, tres sanjuaninos de pura cepa, integran el privilegiado grupo de ciclistas que podrán contar a sus nietos que en su palmares de victorias se encuentran las dos grandes vueltas cuyanas, la de San Juan y la de Mendoza.
Media docena de corredores se han adueñado de las dos que captan la atención de la región. Curiosamente hoy, cuatro de ellos integran el plantel de la Agrupación Virgen de Fátima. A los tres sanjuaninos se agrega Juan Pablo Dotti, nacido en Bolívar, pero ciclisticamente fraguado en San Juan; completan el círculo victorioso, un riojano, Raúl del Rosario Ruarte, y un mendocino, Juan Marcelo Agüero.
El Pitufo, El Pato y Zamorita, fueron convocados por DIARIO DE CUYO para rememorar sus triunfos y experiencias.
OTROS TIEMPOS
Desde el triunfo del Pitufo Castro en la Vuelta de San Juan a los últimos de Zamora en ambas carreras han pasado 26 años. Cuando el angaquero ganó su primera “grande”, Zamorita aún no nacía. Por eso, aquello de la canción hecha por la cerveza Quilmes para el Mundial de Alemania 2006, la que decía, algo así: “eran otros tiempos, era otra la historia, no había medallas sólo hambre de gloria…”
“Yo corrí la crono con la bicicleta rutera, ni siquiera le puse cuernitos. Con la camiseta de Tambolar común, ni con un enterito”, rememora Daniel, que actualmente es técnico de Zamora y Montivero, en el equipo Piquetero.
LA MANERA
Cuando se reunieron en el Parque de Mayo, Castro, que en una de las Vueltas de Mendoza (la primera que ganó) le sacó 17 minutos al segundo, espetó sin poder contener la sonrisa: “No sólo hay que ganar la carrera. Es importante la forma en que se ganó y la distancia con el segundo”. Montivero, como Zamora, aceptaron el reto y le retrucaron: “En la lista de ganadores sale sólo el nombre, eso es lo que importa”. Lo cierto es que mientras el “Pitufo” llegó a la ronda mendocina como candidato, sus dirigidos lo hicieron como aspirantes. “La presión es distinta”, agregó el entrenador de la Agrupación.
EL EQUIPO
Los tres, resaltaron que en los últimos logros, los de Daniel Zamora, que los otros dos compartieron como técnico y compañero, fue importante la regularidad de quien se adueñó de las casaca de líder, pero que sin el aporte del trabajo mancomunado de todo el equipo no hubiera sido posible conseguirlos. “Antes se corría de manera más individual”, confió Castro. “Nosotros nos preparamos para ganar estas carreras largas”, señaló El Pato. “Tuvimos un equipo muy maduro. Todos, Dotti (Juan Pablo), el Willy (Héctor Lucero), Franco (López), Sergio (Montivero), Escuela (Fernando) y los muchachos que se sumaron en las distintas carreras dejaron todo para que ganara nuestra camiseta”, afirmó Zamorita.
SOLIDARIOS
No sólo en la ruta demostraron que hacen de la solidaridad una bandera. En plena mañana sabatina, en el Parque de Mayo, entre los tres unieron esfuerzos para solucionar un problemita que tenía Montivero en su automóvil particular. El cierre centralizado de su Renault se trabó y con ingenio y esfuerzo pudieron abrirlo. Zamorita que se había quedado dormido llegó con un tirón de 2 metros de hierro de 4,2”. Castro se esmeró, con un destornillador en abrir el burlete de goma de la puerta del conductor y El Pato, con precisión quirúrgica metió la varilla, con un gancho en la punta, y abrió la manija interior de la puerta del acompañante. Como en la ruta, pusieron en práctica el lema de los mosqueteros (“todos para uno y uno para todos”).