La mano no viene bien para el Verdinegro. Eso lo saben todos. Sus hinchas, que en definitiva son los que más lo sufren. Sus jugadores, porque no logran concretar una actuación que les permita de una buena vez ganar un partido. Y su cuerpo técnico, que encabeza Gabriel Perrone, porque discutido, como una cuestión de lógica, es prácticamente el más perjudicado si la situación no mejora. Todo ese combo tiene hoy un partido bisagra. Colón lo espera en Santa Fe (juegan hoy desde las 19.15, por Canal 7) y esta vez el resultado tiene más incidencia que nunca en el futuro de San Martín.

Es que el presente muestra al equipo sanjuanino en una posición complicada en la tabla de los promedios. Está fuera de los tres descensos. Pero jugando en la cornisa, porque si no logra un resultado positivo e Independiente sí lo hace (visita a Vélez) la tortilla se dará vuelta y el Verdinegro quedará en la temida zona roja de los que pierden la categoría.

El Verdinegro está golpeado. No sólo porque no levanta la puntería para empezar a sumar en el torneo de AFA sino porque llega luego de un golpe más anímico que otra cosa- de haber quedado eliminado en la Copa Argentina frente a Unión de Villa Krause, entresemana.

Por eso la situación de Perrone ha empeorado. Ha colmado la paciencia justamente de los impacientes. El técnico ha perdido crédito. Y eso es peligroso. Sus decisiones no tienen punto medio. Si algo le sale mal, nadie se lo perdona. Si elige bien, es discutido. ¿Qué le queda? Que el equipo meta un triunfo esperanzador. Eso le de aire y, porque no, fuerza anímica al plantel para encontrar la brújula del buen camino.

En el debut (empate en cero ante San Lorenzo, en Concepción), San Martín no jugó mal. Al contrario, hizo un buen partido. Eso sí, le faltó algo vital: Ganar. Porque estaba obligado a hacerlo. Jugaba de local ante uno de los rivales directos y esa situación no la debería haber dejado pasar. ¿Por qué no ganó? Porque le faltó atrevimiento. Porque jugó al todo, pero le faltó algo vital: aniquilar a su rival. Hacer más que el todo y quedarse con los tres puntos. Entonces eso empezó a enojar a la gente. Que no es especialista en esquemas ni otras yerbas. Sólo le importa el resultado. Y eso está bien, tratándose de una situación límite. Porque se trata de estar en primera división o no estarlo.

Si hay algo que no se le puede achacar a Perrone es que sea un veleta. Al contrario, es un hombre fiel a sus convicciones. Tanto, que hoy mismo pondrá en cancha el mismo equipo titular que empató ante San Lorenzo. Le está dando confianza a los hombres que eligió. Como dejando en evidencia que está conforme con lo que hicieron. Pero que hoy tendrán que dar el golpe.

¿Y Colón? Viene golpeado. Perdió 4-0 ante Lanús en el debut. Y, en la interna, tiene un problema afuera y adentro de la cancha. En realidad, un arma de doble filo. Porque por un lado, buscará revancha inmediata, y en su casa. Y, por el otro, su nivel está lejos del ideal y puede debilitarse ante cualquier contingencia.

Un partido clave para San Martín. Bisagra, sin duda. Si lo pierde, todo estará mal. Muy mal. Pero si lo gana puede ser el trampolín para empezar a soñar. La clave estará en sacar provecho de los costados en el mediocampo (Affranchino por derecha y Mas por izquierda) y la efectividad de Osorio y García arriba. Pero, aunque sea presagio, que nadie le quite chance a todo lo que llegue por las alturas.