Un mazazo. Un golpe inesperado y con consecuencias terminó siendo el resumen del paso del Atlético San Martín por Santiago del Estero. Es que el Verdinegro terminó perdiendo feo 4-0 contra un Güemes que en 11 partidos como local, ganó su segundo juego y cortó una racha amarga sin triunfos en casa desde el 19 de marzo. Un rival que lo castigó con poco, aprovechando los errores sanjuaninos y manejando después la ventaja a su placer.De mayor a menor. De arrancar iluminado a terminar en penumbras. Así fue el primer tiempo de San Martín en Santiago del Estero. Es que el equipo de Monasterio empezó haciendo lo que mejor sabe que es sostener la pelota, manejarla con criterio y desde ahí, ser dueño del trámite. Fueron 20′ de sostenido dominio Verdinegro pero sin peso ofensivo, esa postura empezó a perder sustento y cuando Güemes se animó un poco, desmoronó todo el planteo sanjuanino. Antes de los dos goles de la primera parte, San Martín había insinuado ataque con un remate livianito de Gordillo a los 16′ y después con un tiro de Borasi, que contuvo Mendonca cuando iban 35′. Demasiado poco, escasa contundencia. Un pecado que pagaría caro San Martín porque a los 37′ le ganaron la espalda a Bontempo, metió el centro Casa y Contreras, de frente, reventó el travesaño para que el rebote diera en Masuero y se convirtiera en el primer gol de Güemes. San Martín sintió el golpe. Perdió lucidez, se equivocó en un corner, dejó jugar y de un remate de Vallejos, que rebotó en el camino en Bellone, se generó el rebote largo de Monllor que Cano aprovechó para poner un 2-0 matador para San Martín.

Intento. Benjamín Borasi intenta ante Matías Escudero. San Martín fue una sombra en Santiago y terminó goleado.

 

En el complemento, todo fue demoledor. En apenas 2 minutos, Guemes encontró la liquidación cuando Casa aprovechó el adelantamiento de San Martín para poner 3-0 la historia. Demasiado como para que el Verdinegro pudiera revertirlo. Pero faltaba el toque final y a los 7′ con un golazo de Vallejos, Güemes se puso 4-0 para definir la historia. San Martín quedó aturdido, golpeado y sin ideas. Quedó solamente tiempo para no ser goleado y para empezar a pensar en lo que se viene.