San Martín fue en Mar del Plata un equipo muy lejano a ese alentador y con espíritu ganador de la pretemporada. Lo reflejó el 4-1 en contra ante Aldosivi y lo confirmó su pobre producción en todas las líneas. El primer juego del año, ese que siempre espera ser el ideal para sacarse todo el peso que dejó la pretemporada, fue con el pie izquierdo y que si bien es el primero, rápidamente encendió la alarma pensando en el futuro que no permite de errores y que ayer fueron a granel.

San Martín no fue el de los partidos amistosos de pretemporada. Nunca logró imponer su juego y eso que empezó ganando y jugó todo el segundo tiempo con un hombre de más por la roja que vio Soto Torres en Aldosivi. Aquellos juegos previos con una defensa sólida, abriendo la cancha, teniendo sorpresa y velocidad en los metros finales para encarar, los dejó en San Juan y a la cuidad Feliz llegó otra versión del verdinegro, que plantea la duda si es esta su realidad o fue un tropezón.

Errores, graves y muchos, marcaron la presentación por los puntos. La mayoría infantiles, que fueron en cadena y generaron que moralmente el equipo se cayera. Empezó ganando y parecía que la historia nefasta sin triunfos de visitante estaba al caer, pero se lo igualaron inmediatamente y de una forma tan ingenua como inesperada. Mala salida de Ardente y gol en contra de Ledesma. Tan en contra que fue un mazazo del que nunca pudo sobreponerse. Le puso garra y empeño, una constante en San Martín, pero no le añadió la dosis de juego que hizo falta y por eso la fórmula quedó tan incompleta como preocupante. Simplemente porque Aldosivi lo complicó con 3 delanteros. Ese fue su punto donde hizo base, sumado a que por su derecha (donde faltó Bogado) Malcorra y Seccafien fueron incontrolables para la defensa verdinegra. Y allí estuvo el inicio de un partido inesperado, que al terminar en goleada, causó mayor preocupación.

La defensa, ese pilar del verdinegro, se derrumbó rápidamente y fue una cadena que se trasladó a las demás líneas, que perdieron su ideal y que se hizo mayor con cada gol de Aldosivi, que ordenado, certero y oportuno ante el desacierto visitante, fue cocinando a fuego lento al equipo de Azconzábal, que llegó a Mar del Plata con la ilusión y se fue con un problema impensado pero real y del que debe salir rápidamente para que las malas no se multipliquen.

Leandro González, prácticamente el conductor que había encontrado y que el sábado anotó el único gol, jugó por derecha ante la ausencia de Bogado y no fue nunca el “Buitre” que por izquierda y soltándose marcaba el paso.

Por el otro sector el juvenil Matías Silva no tuvo el carácter que le sale innatamente, y dudó en ir para adelante y falló en varias entregas. Mientras que la dupla Alvarez-Pérez tuvo desinteligencias (lo reflejó el tercer tanto de Aldosivi) y esa mezcla de recuperación y juego que se pretende no fue tal.

Arriba fue una consecuencia del resto del equipo. A Caprari la pelota no le llegó y López fue más lo que corrió y buscó presionar que sus intentos en el área rival.

Que haya terminado arrinconando a un Aldosivi con 10 hombres, sin jugadores de recuperación y con todo en ataque, fue una lógica a la que lo llevó el resultado porque en el primer tiempo ya le habían marcado 3 goles. Pero ese dilema no es nuevo y en la pretemporada también se evidenció, que es la falta de gol, la ausencia de profundidad, el dilema de no saber cómo entrar al área y por ende anotar sea una misión muy complicada.

Esto, lo del final, tuvo continuidad, pero lo demás, y por lo visto y demostrado en la amistosos previos el equipo se fue con más dudas y justo en el inicio de la segunda parte, cuando ya no se puede equivocar si quiere pelear arriba porque de ahora en más cada derrota costará el doble. Lo golpearon de arranque y debe cambiar, porque este despertar abrupto no debe traerle consecuencias inmediatas, sino será un equipo de mitad de tabla.