Primero. No llegaban a los 15" del primer tiempo y Pratto desbordó tanto que se le fue afuera la pelota pero el árbitro no lo vio. Metió el centro y Mora llegó para abrir el marcador en el Monumental.

 

Hay partidos que en la previa son complejos. Partidos que exigen la perfección para sortearlos, pruebas que no admiten el más mínimo error y la visita a River Plate, con todo lo que eso implica, estaba en esa lista para San Martín. Y esta vez, quedó mal parado, aturdido y golpeado por errores propios y ajenos que lo terminaron sepultando en lo futbolístico, en lo anímico y en lo estadístico donde la pelea por la permanencia se puso álgida. Fue caída por 4-1 con los bemoles futboleros que implican jugar contra los grandes, porque ese primer gol de Mora no debió ser ya que a Pratto se le había ido la pelota groseramente contra la línea de fondo pero para el árbitro Delfino y sus asistentes no fue así. Ahí fue el principio del fin para un San Martín lleno de dudas, de incertidumbre que cuando quedó en desventaja y apenas iban 14" de juego empezó a quedarse sin respuestas. Sin esa reacción. Ni Mosca ni Da Campo pudieron emparejar la pelea en el medio, Cristaldo y Solís no pesaron, dejando a Martín Bravo aislado y solo. Así, San Martín empezó a sufrir el partido. Sin ser dominado del todo, nunca estuvo cómodo y River, con el peso de sus nombres, fue a buscar la liquidación, Y a los 35", Camilo Mayada sentenció una caída que en el Verdinegro se veía venir. En el complemento y cuando recién se estaban reacomodando, llegó el golpe de nocaut cuando otra vez Rodrigo Mora definió para poner el 3-0. Era difícil hasta ahí pero pasó a ser imposible. El descuento de Facundo Erpen iluminó algo el duro panorama verdinegro pero la expulsión de Da Campo terminó de liquidar lo que quedaba de esperanzas. Quedó un capítulo más para que el árbitro Delfino retomara protagonismo porque marcó penal sobre Enzo Pérez y el Pity Martínez sentenció una tarde más que amarga para San Martín al poner el 4-1 definitivo.

El domingo 23 a las 13.15 San Martín recibirá a Atlético Tucumán en Concepción.

Recién llegaron los cambios. Ya estaba Cardozo por Cristaldo y Coyette mandó adentro a Fissore y a Villarruel buscando rearmar una imagen de un equipo golpeado.

Era esperable la caída en el Monumental y ante el poderoso River de Gallardo pero San Martín -con polémicas y todo- terminó perdiendo mucho más que un partido. Sin fútbol, sin argumentos para revertirlo y con demasiadas dudas faltó reacción para cambiar presente y apuntar al futuro. Un golpe que obliga a la reinvención casi de inmediato para sostener un proyecto que busca mantener la categoría.