Vaya si debe haber gastado saliva ayer por la mañana Oscar Craviotto. Es que el técnico de San Martín tuvo un par de conversaciones: primero, durante quince minutos, con los jugadores y después, por espacio de poco más de una hora, con los principales dirigentes del club. Y tras los dos cónclaves, todo el planeta verdinegro fijó su mirada en el choque del domingo con Almagro (17.30), partido vital para seguir pensando en un ascenso y a su vez para desarticular cualquier movimiento brusco en el comando del barco.

Otto se reunió pasado el mediodía con los cuatro máximos directivos. Acompañado por su ayudante de campo, Adrián Adrover, estuvo más de una hora charlando con el presidente Roberto Petrignani, los vice Jorge Miadosqui y Pablo Slavutzqui, y el tesorero Adolfo Antuña. Uno de las dudas que se quisieron sacar los popes del club fue la ausencia desde el partido contra Quilmes de Roberval. El DT les contestó que no jugaba por un tema exclusivamente futbolístico y comparó el caso del brasilero con el presente de Roda, quien también está relegado. Aunque Craviotto ratificó que todo pasa por una cuestión de rendimiento, los constantes problemas de convivencia entre el moreno y sus compañeros también suman. Y mucho. Incluso, algunos sostienen que el ex lateral le dijo a sus dirigidos tras el partido con el Cervecero que "Roberval conmigo no juega más". Además de la ausencia del nueve, se habló de táctica y gustos de uno y otro lado. Por ejemplo, algunos dirigentes le remarcaron que para ellos Leonardo Sánchez rendía más de seis que de dos (su actual posición). Craviotto dio sus motivos para la ubicación del Gringo y todo quedó en eso. En el extenso cara a cara, calificado como habitual por las partes, también se tocó el futuro. El tema de las inferiores y otros asuntos similares se mezclaron, aunque de ninguna manera desarticulan los rumores que marcan el choque con el Tricolor como fundamental. Es que de no ganar el domingo, algunos piensan en el Pueblo Viejo que el propio DT podría dar un paso al costado teniendo en cuenta que todo sería demasiado cuesta arriba. "No me voy a ir. Para nada. Sólo pienso en ganar", cortó de raíz cualquier decisión drástica el mismo Craviotto.

Antes de juntarse en la secretaria con los dirigentes, el entrenador dirigió la práctica. La misma fue amenizada en la previa con otra charla, en este caso de un cuarto de hora. "Jugamos bien 80 minutos y tiramos todo a la basura en los últimos diez. Lo empatamos nosotros mismos", les subrayó el DT a sus dirigidos. Igualmente tuvo tiempo para hablar con Yonny Peralta, quien ingresó por el Pelado Díaz ante el Tatengue, y quien no pudo cumplir con eficacia su función de carrilero por izquierda. "Pude tocar apenas dos pelotas y no sé que me pasaba", fue la respuesta del charrúa ante la consulta de Oscar.

Una mañana con entrenamiento y charlas. Todas para tratar de cambiar un presente no deseado.