Gimnasia y Esgrima de La Plata y San Lorenzo igualaron ayer sin goles en un pésimo juego, sin ocasiones de peligro y repleto de roces, por la jornada inaugural del torneo Apertura.

Con la prolijidad de Rinaudo y la verticalidad de Encina por derecha, Gimnasia arrinconó por momentos a un San Lorenzo áspero y sin recursos para generar fútbol. Incluso el sanjuanino Ariel Agüero pudo haber marcado el tanto del triunfo para el Lobo cerca del final, pero su cabezazo fue interceptado por el arquero Albil.

En San Lorenzo, Romagnoli, todavía inseguro de la recuperación de su prolongada lesión en la rodilla izquierda, nunca fue conductor y esa carencia desnudó la falta de variantes en el austero equipo de Ramón Díaz.

San Lorenzo llegó apurado al descanso y en el segundo tiempo, cuando el rival perdió intensidad en la búsqueda, consiguió un remanso.

La salida de Romagnoli por Balsas acentuó el divorcio entre los jugadores dedicados a defender y aquellos dispuestos para atacar.

Recién a trece minutos del final, San Lorenzo tuvo la primera y única ocasión de gol con un cabezazo que Sessa envió al córner con un manotazo.

Una miseria para un equipo, en teoría, con aspiraciones de repetir el título que logró en 2007 con la conducción del mismo piloto riojano.