El escolta San Lorenzo le ganó anoche a Banfield 2 a 1 en la última jugada de un partido jugado en el estadio Florencio Sola por la 16ta. fecha y afirmó su ilusión de pelear por el título de la Liga Profesional.

El "Perrito" Nahuel Barrios sentenció al "Taladro" en el minuto 49 en una jugada nacida de un lateral ofensivo, que definió con giro y volea en la puerta del área chica.

El equipo de Rubén Darío Insúa se puso en ventaja a 12 minutos con un gol de Jalil Elías y Banfield igualó provisoriamente a los 28 cuando Juan Bisanz, de cabeza, le cortó una racha de 543 minutos con la valla invicta.

San Lorenzo, que acumulaba tres empates seguidos sin anotar entre Liga y Copa Sudamericana, aseguró el segundo puesto hasta el final de la fecha, al sumar 32 unidades y ubicarse a cinco de River, que hoy visita a Talleres.

El gol de Barrios amargó la cálida bienvenida al "Emperador" Julio César Falcioni, DT del único título de Banfield en primera división (2009), quien puso en marcha ayer su quinto ciclo en el club con la misión de alejarlo del peligro del descenso.

El "Taladro" se ubica 25´ entre 28 equipos, a seis unidades del último (Unión de Santa Fe), y en la tabla de promedios son siete los puntos que lo separan de la zona roja.

En su primera llegada, San Lorenzo se puso en ventaja con un remate desviado en un defensor, que descolocó a Cambeses. La noche se insinuaba cómoda hasta que Banfield, acaso motivado por la llegada del nuevo entrenador, emparejó el desarrollo con ímpetu en cada pelota dividida. Así, el Taladro empató con un buen anticipo de Bisanz.

En el complemento Insúa hizo cambios con la intención de ganar el partido pero el equipo no cambió la cara. Los ingresos de Vombergar y Leguizamón poco inquietaron a un rival que parecía controlar el partido sin descuidarse en el fondo.

Habían pasado 3" 40" de los 4 adicionados por el árbitro Echenique. En apariencia, la cosa estaba juzgada. Luján lanzó un lateral al área, Vombergar la peinó hacia atrás y apareció el "Perrito" entre los defensores para enmudecer al estadio y decretar un triunfo muy festejado.