Color, fiebre, delirio, fervor en la plaza 25 de Mayo, que tuvo una "guerra" televisiva de pantallas. Sobre General Acha, la de Telesol. Y sobre Mendoza, la de Canal 8. Parecía que Argentina había salido campeón, por como festejaron las 1.500 personas el triunfo ante México. Colmaron la Catedral, junto al padre Rómulo, que escuchó el sonido y salió a alentar con una bandera. Luego dieron la vuelta a la plaza y al final de armó una larga caravana de vehículos, nadie se quería ir. Histórico, hacía tiempo que la plaza no lucía así. "Volveremos, volveremos, volveremos otra vez, volveremos a ser campeones como en el /86", retumbaba en el centro.

Pero la fiesta tuvo nuevamente el mismo lunar. Como en el partido anterior de la selección, ante Grecia, hubo incidentes entre barras de San Martín y Unión sobre calle general Acha, que no fueron a ver el partido, porque se la pasaron tirándose botellas e insultándose. Y provocaron que mucha gente, por miedo, se fuera a ver el partido a la otra pantalla, que había comenzado con el pie izquierdo su transmisión por desperfectos técnicos.

Hubo gente que llevó banquitos, sillas, mate y hasta una mesa, como si estuvieran en su casa. Color no faltó en la plaza, con gorros, camisetas, banderas, bufandas, cornetas, bombos y rostros pintados. Todo era celeste y blanco. También desde los balcones de los edificios adyacentes a la plaza, hubo gente que prefirió salir al balcón y ver el partido en alguna pantalla.

Otros puntos

Claro que la plaza no fue el único sitio público para ver el partido. En el cine del Hipermecado Libertad, estuvieron las tres salas llenas, aproximadamente 800 personas. Después en el patio Alvear, con el Mc Donalds como atracción y un plasma, estuvo repleto de gente. Las calles, vacías. Todos metidos en el mundial.