El Superbike llegó por segunda vez a San Juan y encontró grandes avances en la provincia en algunos aspectos. Uno de ellos es el sector de Salud, una de las patas fundamentales para el desarrollo de la prueba internacional. Salud Pública realizó este año varias capacitaciones para poder obtener la homologación de la Federación Internacional de Motociclismo (FIM) y de esta manera todo el operativo de sanidad fue llevado a cabo por médicos locales.
Según contó Matías Espejo, el médico encargado de la Salud en El Villicum, el operativo integra tanto al público espectador como también a los competidores en pista. Para el público la cobertura se da con equipos de dos o tres personas a pie, que se ubican en las distintas tribunas del circuito con elementos de primeros auxilios, que reportan a dos ambulancias que se mueven por distintos puntos y a un tráiler sanitario.
Conociendo de la peligrosidad de la prueba y la alta probabilidad de caídas, el operativo en pista es complejo y responde a códigos internacionales. Es allí donde la provincia hizo hincapié y esta vez logró capacitar a médicos locales para no necesitar de especialistas foráneos, como ocurrió el año anterior. Fue Javier Porras quien logró obtener la licencia CMO, como se denomina al encargado de supervisar el operativo desde el "Race Control", que es el punto central donde se ubican los encargados de la seguridad, la salud y la comunicación. Es tan compleja la organización, que dentro de la pista se mueven tres autos mecanizados que cuentan con un enfermero y un especialista en terapia intensiva. Además, en las curvas peligrosas hay nueve equipos de cuatro personas (médico, dos enfermeros y socorrista) que son los encargados de asistir a los pilotos en caídas graves.
Para lograr la homologación de la FIM, fueron clave dos acciones del año pasado. Una fue socorrer exitosamente a un paciente con síndrome coronario agudo y la otra situación se dio con un piloto que sufrió fractura expuesta. Desde que el herido cayó en la pista, hasta que llegó al "Medical Center" y hasta que arribó al Hospital Rawson en el helicóptero pasaron apenas nueve minutos, convirtiendose en el auxilio más rápido en la historia de la prueba.
"El año pasado lo tuvimos como una prueba demasiado exigente y este año apostamos por hacer capacitaciones y logramos el reconocimiento de la FIM que nos habilitó para poder realizar nosotros de lleno el operativo, y eso es un orgullo enorme", comentó Espejo.