Los días pasan y la ansiedad es grande en Sportivo Desamparados, porque después de que la elección del nuevo entrenador se redujera a dos nombres, resta solamente que el presidente Ricardo Salvá tome la decisión final. Para eso, el titular puyutano quiere tomarse todo el tiempo que sea necesario y según anticiparon fuentes allegadas a Salvá, nunca antes del domingo próximo recién habría una decisión final. Por ahora, el presidente quiere una nueva charla con Ricardo Dillon, con quien ya habló a principios de semana. La idea de este nuevo contacto es terminar de limar detalles de lo que puede ser un nuevo regreso del Flaco a Puyuta, pero además quiere interiorizarse de otros detalles del trabajo del entrenador.

La situación de los entrenadores para Desamparados se redujo a los nombres de Darío Tempesta y de Ricardo Dillon. El Flaco tenía el favoritismo de gran parte de la directiva que acompaña a Salvá en este ciclo en la B Nacional y hasta el mediodía el miércoles parecía número puesto una vez que se terminara de desvincular Marcelo Bonetto. Pero la llegada a San Juan de Darío Tempesta, impulsada por algunos integrantes de la misma comisión directiva, hizo que Ricardo Salvá decidiera esperar, analizar más y recién tomar la decisión de poner en manos de cualquiera de los dos entrenadores los próximos 6 meses de Sportivo en la B Nacional donde deberá apuntar a no menos de 26 puntos como para aspirar a llegar a mantener la categoría. Un desafío complicado, difícil. Un paso que en Sportivo todos quieren dar con la mesura necesaria, sabiendo todo lo que está en juego. Tiempo de análisis y mucha cautela son los que gobiernan en Sportivo.