El desgaste fue tremendo. En menos de 7 meses de gestión, el alto costo de manejar a Sportivo Desamparados en la Primera B Nacional terminó siendo una mochila demasiado desgastante para Ricardo Salvá, tanto que desde su entorno confirmaron que el actual titular de Sportivo dejará su cargo el próximo 31 de julio, no sin antes dejar todos los compromisos económicos saldados tal cual el mismo lo informó la semana pasada cuando empezó a tomar cuerpo esta decisión.

Salvá asumió el 10 de septiembre pasado, cuando faltaban apenas 72 horas para debutar en la Primera B Nacional. Se hizo cargo del club y de todo el movimiento económico que significaba armar plantel, arreglar contratos y contratar técnico. Eso ya estaba hecho y lo heredó del anterior presidente Miguel Jofré. Hoy, con el equipo seriamente comprometido para mantener la categoría, Salvá decidió su paso al costado acusando un enorme desgaste a partir de la exposición pública que generó ser el presidente de Sportivo Desamparados en la Primera B Nacional. Eso lo mostró demasiado ante la opinión pública y los malos resultados del equipo lo obligaron a aprender sobre la marcha para encausar el rumbo. Cambió tres entrenadores y no consiguió respuestas, pero también vivió en carne propia la escalada de violencia que azotó al club en los últimos meses y tal vez el punto más polémico se dio en su abordaje de las amenazas a Hernán Lamberti tras la derrota contra Quilmes. Salvá no tuvo filtros, salió a dar la cara y su grado de exposición fue demasiado grande. Ese punto fue el que desencadenó la decisión final de anticipar su salida y la hizo conocer a sus pares de comisión, quienes intentaron persuadirlo en un primer momento pero luego, ante la firmeza de la postura de Salvá decidieron respetar su decisión.

La aparición de Ricardo Salvá en la vida de Sportivo Desamparados fue una inyección diferente para el club ya que su perfil estaba asociado y vinculado a la actividad empresarial, muy alejado del fútbol. Salvá es presidente del directorio de la Empresa El Triunfo, dedicada al transporte de pasajeros y además maneja los destinos de la ATAP, institución que nuclea a los empresarios del transporte de la provincia. Su vida estaba absolutamente alejada del fútbol y solamente había colaborado con Desamparados aportándole el traslado al plantel en varios partidos del Argentino A que luego terminó en ascenso.

Según los estatutos del club puyutano, el período de mandato es de dos años y Salvá apenas llegaría a los 9 meses de gestión, por lo que una vez que presente su renuncia será la propia comisión directiva la que se la acepte o no. Es un hecho que junto a Salvá se alejarán sus más inmediatos colaboradores que ocupan cargos de comisión y viendo este panorama, para evitar la intervención de un triunvirato normalizador que convoque a una nueva asamblea en tiempo prudencial, se seguiría la línea sucesoria dentro del grupo que hoy preside el club y el nombre del vocal Carlos Lanusse es uno de los que tomó más fuerza como para ser electo.