La contrarreloj de la XXXI Vuelta a San Juan culminó con una protesta generalizada de los encargados de equipos que entendían haber sido perjudicados con los tiempos dados por la organización. A lo que se sumó la amargura de Emanuel Saldaño (Municipalidad de Rawson), quien según el reloj que lleva en el manillar de su bicicleta le marcaba un tiempo inferior, en un minuto al que se le había otorgado (18m29s por los 19m29s) lo que se confirmó luego. El inconveniente ocurrió por un error involuntario del comisario encargado de los lanzamientos, que largó a Juan Capdevila (Mardan) un minuto más tarde, confundido porque los tres corredores (Maximiliano Richeze, Pablo Seisdedos y Walter Pérez) que lo precedían no partieron.
La crono tuvo como protagonistas excluyentes a ciclistas que son especialistas. Aparte de Saldaño y Zamora, Dotti (AVF) quien también aducía que el tiempo que le dieron (20m04s) no era el que marcaba su computadora (19m04s), Sebastian Cancio (tercero con 18m54s) y Darío Díaz que cerró la faena con un tiempo de 19m00s, fueron los más destacados de una tarde que comenzó con el joven Sebastián Trillini (Dogo-Italomat) dominando las acciones con 19m50s, superando incluso a Guillermo Brunetta, que hizo 19m59s.
Después de ellos, sólo tres corredores bajaron los 19 minutos (Saldaño, Zamora y Cancio) y otros siete consiguieron superarlos.
En resumidas cuentas, la tarde que pintaba linda, porque no hacía tanto calor porque la crono se corrió sin ningún problema, porque las movilidades (incluidas las de los medios) transitaban por el carril externo, terminó complicándose.
A diferencia del año pasado los guardrail que se construyeron en toda la extensión de la avenida cumplieron la función de vallas naturales que la gente, en su gran mayoría respeto. Este detalle no es menor porque también evitó el clásico cuello de embudo que conformaba el público metiéndose dentro de la calzada por donde transitan los pedaleros.
Después de que varios dirigentes trajinaran bastante para armar el telón del podio, no se utilizó y en vez de que sean los tres primeros en la etapa quienes lo usaran terminó sirviendo para que las promotoras de los distintos equipos posaran para los fotógrafos.
Al final, en vez de hablarse de ciclismo y de la etapa, se termino con los ánimos caldeados porque algunos entendían que se los había perjudicado. Una hora después de concluida la etapa se dieron los tiempos oficiales y se confirmó el triunfo de Saldaño.

